Después de tu cumpleaños, siempre venían las vacaciones de invierno. Y como era de esperarse... Pasabas la mayoría del tiempo en casa de los tres hermanos. Parecía que vivías en la casa de ellos más que en la tuya, así que siempre llevabas dinero para aportar cuando compraban o necesitaban algo.
Te encontrabas en la cocina ayudando a Sabo con el almuerzo. Él seguía usando el delantal que le habías regalado, eso te generaba ternura y felicidad a la vez, ya que significaba que le había gustado.
—¿Hm? ¿Qué es lo que tarareas?
—Ay, perdón... Lo hago sin darme cuenta... —Guardaste silencio un tanto avergonzada.
—¿Por qué te disculpas? —Dejó la olla tapada para voltear y acercarse a ti—. Es agradable de escuchar, no necesitas detenerte.
—Law dice lo mismo pero...
«Otra vez lo menciona...» Pensó el rubio.
—Bueno, si somos dos quienes pensamos así.. Es por algo ¿no? —A pesar de la molestia que le generaba el nombre del moreno, sonrió con ternura acariciando tu mejilla.
Asentiste.
—¡Oye (TN) ven un momento! —Gritó Ace desde el living.
—¡No puedo Ace, estoy ayudando a Sabo! —Respondiste alzando un poco la voz.
—Ve tranquila. —Alzaste una ceja.
—Pero...
—Puedo encargarme yo de lo que falta, ya está casi listo. —Una nueva sonrisa de su parte y tú lo abrazaste devolviendo el gesto.
Cada vez eras más expresiva con los hermanos, al menos ahora los abrazos y risas eran más constantes, estando en la casa claramente. Esto los hacía felices, pues entendían que preferías mantener cierta distancia en el colegio, y adoraban llegar a la casa para ver tu actitud natural.
Soltando al rubio caminaste hacia donde estaban los dos pelinegros, Sabo por otro lado sonreía mientras observaba como dejabas la cocina. Pero al final, su rostro cambio a uno más serio mientras retomaba la preparación del almuerzo.
Había estado pensando sobre esos "celos de hermano mayor" que últimamente no lo dejaban tranquilo. No sentía que fuese normal que ocurriese tan seguido ese sentimiento de querer protegerte cada vez que hablabas o estabas con otro chico. Además aparecia en su mente el momento en su cumpleaños, la vez que casi se besaron y las ocasiones en que se quedaban viendo fijamente.
«Es imposible... Sólo es mi hermana. » Sabo se obligaba a pensar y recordar eso cada vez que aparecías en su mente o te veía sonreír y su corazón latía más fuerte. Pero en el fondo, ya era consiente de lo que sentía. «No me puede gustar...» Sólo se negaba a aceptarlo.
Quedaste algo confundida a ver al pecoso en el suelo de estomago y sin polera, y a Luffy con el celular esperando para grabar. Solo te bastaba ver a Ace de esa manera para sentír frío.
—¿Qué están haciendo?
—Oh si viniste. ¡Sube a mi espalda! —Lo miraste extrañada pero con una sonrisa divertida.
—¡Vamos (TN), sube! ¡Queremos ver cuantas flexiones puede hacer contigo sobre el!
—Está bien... No reclames si peso mucho.
—Lo dices ahora después de tenerme como tu "esclavo pecoso" cuando te torciste el tobillo... —Comenzaste a reír suave.
—Tienes razón.
Con cuidado, te acomodaste de estómago sobre el mayor, tomandote de sjs hombros para así evitar caerte. Luffy ya había comenzado a grabar por lo que Ace se levantó y comenzó la cuenta de flexiones. Cuando iban por la décima, hablaste.
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Pasado pisado. (Sabo, Ace x Lectora)
FanfictionCrecer como hermana jurada de Ace, Sabo y Luffy, puede ser algo muy divertido e interesante, en donde el aburrimiento está lejos de ser una opción. Todo, hasta que unos confusos sentimientos florecen por dos de los hermanos. Una repentina mudanza p...