Amantes (Kick x Kendall)

Capitulo 154

Narrador/a:

Chicarelli siempre fue una mujer amargada, desde joven, esto le impedía en varias ocasiones poder relacionarse con el resto de la sociedad, pocos eran los que se tomaron el tiempo de intentar conocerla más allá de la fachada desagradable que solía mostrar, uno de ellos era aquel joven apuesto del que estuvo enamorada toda la vida pero por culpa de sus miedos, su orgullo y su rechazo a la sociedad, tuvo que verlo casarse con otra

Eso amargó el resto de sus días, distanciandose de todos, teniendo como único acompañante y amigo a su fiel perro Oscar el cuál jamás la abandonó.

Años más tarde nació un niño, uno bajito y regordete que solía realizar acrobacias en todas partes, eso le fastidiaba pero conforme los años pasaron vió en ese niño mucho más que un chiquillo rebelde, comenzó a admirar la forma en la que vivía

Siempre al limite

Viviendo hasta que duela

Chicarelli jamás lo admitiría en voz alta pero admiraba a Kick Buttowski, no negaría que se sorprendió enormemente cuando se enteró que Kendall y él fueron amantes y que ella estaba embarazada pero ¿No fue la misma Chicarelli quien dijo que de errores se vive la vida?.

Quedó conmovida por la historia de esos dos, la historia que a ella le hubiera encantado vivir con aquel hombre que tanto había amado pero que dejó ir por orgullo, por eso fué que cuándo Linnie le contó que Gordon había intentado abusar a la rubia menor de los Perkins y a muchas otras, aquella amargada anciana sintió que había llegado su momento de ayudar, de demostrar que no era tan mala como muchos creían y como ella misma hizo creer

Era su momento de ayudar a alguien, por lo que ayudó a Linnie a encender la cámara una vez más, guardó los vídeos registrados y aunque los había tenido en su casa, un mal presentimiento de esa mañana la obligó a llevárselos a Linnie

La rubia los aceptó y guardo en su hogar, Chicarelli no entendía porque sentía que algo iba a pasar pero decidió obedecer su instinto y entregó las pruebas a la Perkins, al volver a su hogar Oscar no estaba, lo buscó por todas partes

Pero no hubo resultado alguno, era extraño pero supuso que habría salido a dar una vuelta por lo que simplemente se sentó en el sofá a ver una de sus novelas favoritas

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Sus ronquidos eran lo único que se escuchaba en su casa, no duró mucho viendo la novela pues el cansancio por los recientes acontecimientos le había pasado la cuenta, pero de golpe salió del mundo de los sueños cuando un fuerte estruendo de una ventana rota la alarmó, su corazón latía fuertemente debido al susto mientras se levantaba con rapidez, se abrazó a si misma mientras caminaba por su hogar mirando atentamente cada rincón, tomó lo primero que vio que fue la escoba, para poder defenderse en caso de que cualquier ladrón haya decidido utilizar su humilde casa para robar, cuando sintió que quizás haya sido producto de su imaginación volvio a la sala de estar donde dió un salto al ver a aquel millonario y psicópata rubio mirándola con una sonrisa

— ¡¿Niño que haces en mi casa?! ¡Maldición así me matas del susto! — Llevó una de sus manos al pecho

— Y no solo del susto — Se levantó con una mano detrás de su espalda , detalle que no pasó desapercibido por Chicarelli — Sabe usted que le tengo un gran aprecio

— Una vez me dijiste anciana mal oliente, aún lo recuerdo a pesar de los años, yo nunca olvido nada 

— ¿Por qué lo hizo? 

— ¿Hacer qué cosa? — Preguntó algo nerviosa

Claramente sabía de lo que el rubio hablaba, lo que seguramente era la razón de su inesperada visita a su hogar, la anciana sostuvo fuertemente el palo de escoba entre sus manos