Narrador:
Un mes pasó, siguieron con sus discusiones como si nada hubiera pasado, eran realmente buenos actores, el sol iluminaba la ciudad de Mellowbrook y las aves se posaban en las ramas de un árbol que se encontraba cerca del instituto al que nuestros protagonistas asistían y el árbol era tan grande que quedaba justo al lado de las ventanas del último piso, donde estaba una sala de clases vacía, bueno, casi vacía.
En el asiento de Kick, el tenía las manos en la cara de la rubia y ella correspondía gustosa aquel beso que le aceleraba el corazón, la hacía ver estrellas y lugares del mundo sin moverse de su lado...
— ¿Vamos a escribir o no? — La rubia se separó con una sonrisa
— Bueno bueno — Algo desanimado miró su diario sobre la mesa — ¿Que escribiremos ahora? — Él se acomodó en su asiento y ella se sentó al lado de él.
— ¿Recuerdas aquella vez en que me enfermé?
— ¿Cuando estabas sola y tu familia no quería venir a cuidarte?
— Sí, recuerdo que los primeros días tenía que hacerme todo sola mientras tenía dolor y fiebre — Revivir esos momentos en su mente solo le hacían doler, saber que su familia era todo menos familia la torturaba
— Hasta que mi patineta aterrizó en tu patio y la fuí a buscar — La miró con una sonrisa algo burlesca — Te veías horrible.
— Cierra la boca si no quieres que te recuerde lo pequeñito que eras.
— Ahora la pequeña eres tu.
— Eras tan pequeño y adorable.
— ¿Adorable?
— Cuando no molestabas.
— Eres desagradable.
— Tanto que me ofreces un beso para callarme — Estaba vez ella era la de la sonrisa burlesca
— ¿Lo quieres o no?
La rubia sonrió y beso los labios de aquel chico que la volvía loca, que la obligaba a probar de la más tentadora manzana roja, el sonrió durante el beso disfrutando los dulces movimientos que ella hacía sobre sus labios.
— Empieza a escribir — Kendall rodó los ojos y ambos comenzaron.
Diario de Kendall:
Estaba tan enfermar que incluso me dolía respirar, hubiera ido al doctor pero por ser menor de edad y no tener un adulto que se haga cargo de mí podía meter en problemas a mi familia y era lo que menos quería, así que intente ignorar mi dolor y hacer mis cosas yo sola pero me era muy difícil.
Un día estaba acostada en cama con un pañuelo en la frente para bajar mi fiebre, normalmente no creía en esas cosas pero no tenia nada más que hacer,en eso escuche un estruendo que venia del patio trasero de mi casa, estaba asustado y indifensa, incluso llegué a pensar qué era un ladrón pero al salir ví una patineta tirada en el suelo juntó con otros cosas que seguro eran las que habían provocado el sonido al caer, sabía de quién era, la famosa "azul" ¿Quién le pone nombré a una patineta? Solo Clarence.
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Amantes (Kick x Kendall)
Fanfic"Los opuestos se atraen" -Primer libro- INFIDELIDAD: Una palabra que muchos ya escucharon, un echo que ya algunos vivieron y que les rompió el corazón, aquellos que no conocen ese sentimiento, desean jamás sentirlo, porque deja una cicatriz que casi...