"Los opuestos se atraen"
-Primer libro-
INFIDELIDAD: Una palabra que muchos ya escucharon, un echo que ya algunos vivieron y que les rompió el corazón, aquellos que no conocen ese sentimiento, desean jamás sentirlo, porque deja una cicatriz que casi...
Tras alejarme del departamento de Scarlett tomé rumbo a la casa de Richard, me había invitado a su fiesta al igual que a gran parte de la secundaria, era bueno ver cómo ahora a la gente le agradaba y solían integrarlo
Fue difícil al inicio, cuando dijo que era gay los comentarios y burlas no se hicieron esperar, fue una etapa dura pero supo afrontarla y ahora de seguro su casa a de estar llena
Mientras que por mi parte mi mente era un vacío total, claro que me sentía mal pero también me sentía liviano, como si un enorme animal de 500 kilos desapareciera de mis hombros, mi conciencia se sentía algo más tranquila al saber que pude afrontar las cosas como eran, quizás lo mejor no será ir a la fiesta pero tampoco quiero quedarme en casa odiandome a mi mismo, no era un buen plan
Además Gunther y Jackie también irían, me gusta tener a mis amigos cerca en momentos así, aunque lo más seguro es que Jackie me golpeé ¿Pero sería el único golpe que recibiré? Por supuesto que no. Apagué mi teléfono para evitar que Scarlett me llamara no sin antes decirle a mi mamá dónde estaría, conociendo a mi ahora ex novia tendría más de 90 mensajes a mi WhatsApp y quizás unas 70 llamadas perdidas.
¿Quien diría que la relación terminaría así? Siendo sincero me lo había preguntado hace muchos años como sería si Scarlett y yo terminabamos, pensaba que podría ser por el distanciamiento, su trabajo, mís estudios, quizás hasta por la diferencia de estatus
Jamás pensé que sería por esto.
Me detuve en una luz roja con la vista en frente atravez del casco de la moto, la paz que sentía en estos momentos no era normal, era liberadora, sanadora y era de ese tipo de paz que sientes antes de que se desate una tormenta lo cual al mismo tiempo me inquietaba
. . . . .
Narrador/a:
En la casa del cumpleañero la música sonaba atravesando las ventanas y paredes, comenzaba a llenarse de gente, las risas, el baile, la comida y el alcohol eran cosas que animaban aún más a llevar esa fiesta a su máxima gloria, claro que no sería tan buena como fue la de Kick, no tenía rampas ni fuego o cosas potencialmente peligrosas
Pero una fiesta es una fiesta
— ¡¿Alguien sabe dónde está la cocina?! — Kelly al igual que muchos tenía que gritar debido al volumen de la música
— ¡Sigue derecho y dobla a la izquierda!
— ¡Gracias! — La casa era enorme
Kelly se abrió paso entre la gente que bailaba y reía, llevaba un vestido rosa fuerte, acompañado de un abrigo blanco que de seguro en un par de minutos dejaría de usar debido a la calor que se formaba entre tanta gente, más en fiestas como estás donde todos se divierten
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Caminó hasta encontrar la cocina y tomó uno de los vasos plásticos y comenzó a llenarlo con agua, quizás sería la única idiota en toda la fiesta que no estaba tomando alcohol pero prefería evitarlo, no se atrevía a ingerir aquel líquido, quizás si lo hacía sería con alguien de confianza, quizás hasta en presencia de sus padres para que ellos estén atentos en caso de que se emborrache y haga alguna locura
