Venganza con V mayúscula.

El destino.

Holaaaaa!!!

Asqueroso calor del demonio!!! lo odio!!! Cuando sea anciana me voy a arrepentir de todo lo malo que hice y así no vivire en las llamas del infierno, porque si no lo aguanto aquí mucho menos en la eternidad.

Dejando de lado mis planes para después de muerta, quiero agradecer mucho a todos aquellos que me siguen y que andan aquí comentando cada semana, no saben lo mucho que me alegra saber que les va gustando, en mi word apenas voy a la mitad y ya llevo muchos capítulos, así que esta historia va para largo, además de que habra varios giros en la trama que les van a encantar!!!

En fin, no les hago más spoiler, espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Capítulo 10.

Habían llegado a la playa en una zona hotelera muy exclusiva para gente de alto poder adquisitivo, que contaban con seguridad privada, playas privadas y amplias áreas donde se podía descansar a gusto totalmente. Joey vio todo el lujo y le dieron ñañaras, odiaba todo eso, pero al viajar con ellos supuso que era lo normal, no se imaginaba al empresario tomando el sol en un camastro con miles de personas a su alrededor, no sólo porque le daría alergia al magnate, sino porque acabaría más estresado que relajado.

Mokuba les dio la sorpresa de que su habitación era compartida y con una sola cama, ambos lo vieron con sorpresa y el menor dijo que no los dejaría usar otra habitación más que esa, hasta que se reconciliaran, ambos lo vieron sorprendidos y así el pelinegro escapó, entraron a dicha habitación y Joey notó que el sofá era amplió así que se acostó en el y le dijo a Kaiba que él quería ese espacio, el CEO se sentía mal por dejarlo en un sofá, pero el cachorro parecía divertido saltando en los cojines, así que no le dio más importancia.

Salieron juntos a la piscina y ahí el rubio se la pasó dentro del agua jugando como si tuviera 8 años, el empresario simplemente se dedicó a tomar el sol, notando por primera vez que apagar el teléfono no era tan malo, escuchó los ruidos del mar, las gaviotas, las voces de hombres cerca del perro…. Paró en seco sus pensamientos y observó mejor la escena donde había un hombre hablando con Joey, el rubio parecía darle instrucciones de como llegar a un lado, ya que estaba señalando hacía adentro del hotel, entonces el desconocido hizo una pregunta que enojó al empresario.

 
-       ¿Podrías llevarme? Es que es algo confuso – Seto iba a intervenir en dicha conversación, pero no fue necesario.

-       No, lo siento si tienes problemas de ubicación mejor habla con el personal – el hombre frunció el cejo e iba a replicar, pero entonces el CEO intervino.

-       Joey, ¿todo bien? – al ver que el rubio venía acompañado el hombre se fue dejándolos a ambos solos.

-       Sí, pero ese hombre estaba perdido – Kaiba quiso darle un golpe por no notar lo que estaba pasando, pero tomando en cuenta lo despistado que era el cachorro explicarle sería como hablar con una pared.

 

A la hora de la cena Mokuba apareció y vio que ambos estaban conviviendo como siempre, Joey se veía muy feliz de haber pasado toda la tarde en la piscina y su hermano se veía bastante relajado, así que cuando se sentó a comer con ellos la platica fue muy amena, todo hubiera sido mágico ese día, pero el destino no iba a apoyar el plan de venganza de Joey tan rápido.
 

-       ¡Joey! – al rubio se le congeló la sangre, conocía esa voz, así que asustado volteó hacía atrás y ahí estaba Alice la prometida de Duke y el mismo Duke, Joey no estaba listo para verlo, si de sólo pensar en él le ganaba el sentimiento de tristeza, verlo era un golpe a su corazón – ¡sabía que eras tú! – sonrió animada la cantante y lo abrazó con mucho entusiasmo, la chica platicó con él breves momentos, pero Duke no se acercó, no porque no quisiera, pero podía ver la mirada de Kaiba era una clara amenaza a atreverse a acercarse y estaba seguro que el castaño lo mataría a golpes – bueno me voy, gracias por darme tu teléfono de nuevo y disculpa a mi novio – señaló a Duke – siempre ha sido muy frío con mis amigos – el rubio sonrió lo mejor posible se despidió de su “amiga” y se volvió a sentar.