Incapacidad.

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Buenos días!!!!!

Al fin viernes!!! aaaahhhh estaba esperando tanto por avanzar esta historia!!! De verdad no se imaginan lo mucho que me encanta!!! Ya la releí como 500 veces y aun ahora le sigo agregando algunas cosas a los capítulos jajajajaja, pero bueno.

Quería agradecer a todos aquellos que me apoya leyendo, dejando su estrellita y dejando comentarios, no saben lo feliz que me siento al ver eso, me inspiran a hacer más fanfics... que por cierto después de este se viene un Omegaverse muy bueno que ya casi termino, así que una vez terminemos esto vamos por otro....

En fin, como ya es costumbre en mi, espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Nota: este capítulo va con dedicación especial para SilentPandy que siempre que lee lo que escribo y además le atina a las predicciones de los siguientes capítulos... no se como lo hace, pero este capítulo y el que viene te lo dedico totalmente!!!

Capítulo 24.

 
Joey llegó a la mansión y vio a su Kuribu en el asiento del copiloto, quería abrazarlo, pero tenía miedo de que el olor de Duke estuviera ahí así que lo tomó y al entrar a la mansión pidió que lo lavaran de ser necesario hasta con cloro, pero que no oliera a nada diferente que no fuera a limpio, los sirvientes acataron la orden de inmediato y Joey corrió a su habitación donde se encerró en el baño, ya había dejado de llorar, pero sentía la imperiosa necesidad de estar en lugar a salvo, se quedó en el baño y no logró la sensación que buscaba, se metió al closet y nada, mientras caminaba por su cuarto sin darse cuenta ya eran las 8 de la noche y el mayordomo le llevó el peluche completamente limpio, Joey lo olió y detectó de inmediato que olía a detergente, así que frustrado vio al peluche con odio, ese estúpido Devlin lo había hecho apropósito, estaba seguro que sabía que era un regalo de Seto y por eso lo había tocado.

Muy decidido a que su amado peluche oliera a Seto caminó hacia la habitación del mismo y buscó por todos lados donde guardaba sus lociones, no encontró ninguna y se sintió muy frustrado, ¿acaso se llevaba todas las botellas de sus lociones a sus viajes?
 

-       Sr. Wheleer no sabía que estaba aquí – una de las chicas que se encargaba de mantener limpia la habitación de Seto, entró sin tocar y se espantó al ver al futuro señor de la casa ahí.

-       Hola, ¿tu limpias aquí? – ella asintió con la cabeza – puedes ayudarme, busco el lugar donde Seto guarda sus perfumes – la chica lo vio extrañada, pero lo guió al armario para abrir una repisa donde estaban todos – perfecto, muchas gracias – la chica lo vio abriendo las botellas al parecer buscaba un olor en específico.

-       ¿Para qué necesita eso Sr. Wheleer? – siguió observando al rubio.

-       No me llames Sr. Wheleer, siento que me habla mi jefe – sonrió muy poco, ya que aun tenía la visita de Duke muy presente – es que mientras estuve en Kaiba Land le robe loción a Seto para perfumar mi Kuribu, ya sabes para no sentir tanto la lejanía – la chica se sonrojó – pero una rata asquerosa tocó mi hermoso peluche y tenía un olor desagradable, así que tuve que lavarlo… ahora debo de encontrar el olor correcto – vio con frustración las 500 mil millones de botellas que había en el cajón.

-       El Sr. Kaiba se lleva las que más usa, pero si me dice a que huele le puedo decir cuál es – dijo tímida, pero aun así queriendo ayudar al rubio, ya que se le había hecho muy romántico que buscara el olor de su novio para no sentirse solo. Joey lo pensó mucho para poder describirlo, pero no sabía, así que tomó una almohada de la habitación y por suerte no habían perdido el olor.

-       A esto – la chica se sonrojó, oler las almohadas de su jefe le daba pena y más frente a su pareja. La chica reconoció la loción y al buscarla la encontró rápidamente – Genial, muchas gracias – empezó a perfumar a su Kuribu y volvió el aroma que lo había calmado toda la semana.

Venganza con V mayúscula. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora