El rescate

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Buenas!!!!

Ahora si no me van a agarrar las prisas, tengo todo listo para actualizar jajajaja lo dejé en pendiente y solo entré a publicar todos los capítulos que tengo listos para esta semana jajajajaja así que básicamente van a tener todo antes de tiempo jajajaja y así el mero día no estaré pariendo chayotes para subir mis capítulos.

En fin, como ya es costumbre en mi, espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.

Capítulo 32.

Mokuba había revisado cámara por cámara y ninguna le decía donde estaba su cuñado, toda la policía de Domino estaba buscando a Joey, nunca se había visto la movilización que se tuvo por parte de las autoridades para poder encontrar al cachorro y no tanto por el poder del dinero que tenía Kaiba, sino por el miedo que le tenían al empresario, ya que lo habían visto enojado en la estación de policía rugiendo para que encontraran a su prometido.

Seto llevaba 12 horas sin Joey a su lado y lo único que estaba en el auto era su Kuribu, pensó que el cachorro lo extrañaría… lo olfateó y notó que ya no olía a él sino al cachorro y sonrió para después abrazarlo, ¿así se había sentido Joey al tener el peluche oliendo a él? En su garganta se hizo un nudo y sintió que se moría, deseaba sobre cualquier cosa que al menos le pidieran un rescate, pero no había pasado eso… cuando pensó la palabra rescate entonces algo hizo click en su cabeza… esto no era por dinero, era por joderlo.

Así que se baño, se vistió y se puso el perfume que tanto le gustaba a Joey, salió de la mansión en su Ferrari deportivo azul y manejó rápidamente a la empresa de Duke Devlin, Seto sonrió porque sabía que ese maldito jamás esperaría tenerlo ahí. Cuando entró a las oficinas las recepcionistas lo vieron con sorpresa, pero pasó de largo, dos oficiales trataron de frenar su avance y él los noqueó de un puñetazo a cada uno, subió el elevador y llegó a la oficina del peli negro.

Abrió las puertas y Duke estaba en medio de una junta, todos vieron a Seto Kaiba ahí presente y sintieron miedo, tanto miedo que se quedaron quietos y callados, ¿qué buscaba ahí?, Devlin vio a Kaiba y pensó que empezaría a montar un escandalo, pero para su sorpresa el CEO se paró a su lado y le dio un puñetazo tan fuerte en la cara que sintió que se le rompía la mandíbula… poco faltó para que pasara, pero si le había tirado una de sus muelas, escupió el diente y se sorprendió por dicho ataque, todos los accionistas de la empresa de Duke quedaron en shock.
 

-       Quiero que todos sepan que voy detrás de Duke Devlin – los hombres lo vieron con miedo – cualquiera que este con él para cuando yo lo destroce se irá al infierno junto con él – Devlin abrió los ojos y supo que estaba perdido, ninguna de esas gordas ratas se quedaría a enfrentar a Kaiba – no diré cuando ni como, pero cuando lo haga – colocó las manos sobre el escritorio y su mirada azul relámpago se volvió hielo puro congelando a todos en el proceso – todos aquellos que le tendieron la mano una vez sufrirán – sonrió con maldad pura – empezando por Pegasus que lo sacó del bote de la basura que lo vio nacer, hasta ustedes que patrocinaron su estúpido juego mediocre – uno de los presentes empezó a orinarse del miedo y otro se desmayo – nos vemos en el infierno Devlin – salió de la sala de juntas y todos quedaron petrificados, no podían moverse, no podían respirar de manera correcta y estaban seguros de que esa amenaza se cumpliría.

 

Seto salió de la sala de juntas de Duke y sintió que su teléfono vibraba, pensó que era uno de sus guardaespaldas que le mandaba un reporte, pero para su sorpresa era un mensaje de Joey, decía la hora en la que había salido del puerto, en que tipo de barco posiblemente iba y a donde lo querían llevar, trató de marcar, pero de nuevo no enlazó la llamada, así que pensó que ese mensaje era lo único que Joey iba a poderle mandar, sonrió al ver que su novio no estaba herido y tampoco en apuros, pero si estaba en una mala situación, si llegaba a la isla de basura podía ser tirado mal y acabar ahogado en el mar, así que llamó a Mokuba para que le mandara uno de sus Jets privados en forma de Dragón Blanco, eran más pequeños que un avión, más ligeros, más rápidos y lo mejor contaban con lo último en tecnología, sin miedo el Jet aterrizó en el helipuerto de la empresa de Devlin, Seto se subió y se dirigió hacía el muelle, preguntaría por todos los barcos y revisaría uno por uno de ser posible. Volteó a ver el asiento del copiloto y notó que estaba el Kuribu de Joey, así que sonrió y pensó que Mokuba ya intuía para que quería ese Jet.

Venganza con V mayúscula. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora