Venganza con V mayúscula.

Sin sentimientos.

Buenas noches!!! 

Ya dejó de hacer calor!!! al menos por hoy, ya me imagino que mañana estará horrible... esperemos que mejore pronto el clima. 

Un capítulo más de esta historia, va un poco lenta, pero cuando empiece lo bueno sabrán que valió cada maldito segundo jajajajaj 

En fin, espero que disfruten en leerla como yo al escribirla. 

Capítulo 6.

Joey estaba en su trabajo pensando en como continuar su venganza después del anunció de la boda, necesitaba saber cual era la agenda de la boda de Duke para anticiparse y de esa manera pudiera anticipar sus movimientos, la información era la base de su malévolo plan, así que empezó a leer las revistas donde aparecía la prometida de Duke, hablando de sus gustos, de sus pasiones y su itinerario.

Entre todas esas estupideces que ella decía y que además publicaba, notó que iba seguido a un salón con su asistente a arreglarse el cabello y las uñas, decidió que ahí cometería el crimen perfecto y le robaría su celular, con eso podría ver su agenda, cada evento o cada salida él lo sabría.

Luego se puso a pensar y recordó que sabría también lo que hacía Duke y se sentía mal, no quería saber más de él, pero hacerlo sufrir era aún más importante, así que ese día saliendo del trabajo fue a hacer una cita en dicho lugar, le pidió a la empleada que le enseñara los horarios y así notó cuando iría ella. Pidió una cita ese día con la estilista y se aseguró de que su tratamiento durara una hora, así tendría tiempo suficiente para robar el celular.

Llegó el afamado día y al llegar ahí estaba esa suripanta que le había quitado su felicidad, tenía que calmarse porque tenía ganas de arrancarle el cabello tan "perfecto" que tenía, pero no podía no quería salir en las noticias como un buscapleitos, Duke se burlaría más de él y Seto seguramente cancelaría el compromiso. Caminó y se sentó junto a ella, la estilista que lo atendió empezó a elogiar su rubia melena diciendo que era bastante suave.

La prometida de Duke lo vio con cierto odio a través del espejo, ya que a ella jamás le habían dicho eso.

- ¿Qué shampoo usas? – Joey se sorprendió al ver que ella le dirigía la palabra, esa debía ser la señal del cielo, recordó el shampoo que usaba Kaiba y sonriendo le contestó – ¡Ah! Ese lo conozco – la chica al parecer olvidó que ese niño había recibido más elogios que ella y empezaron a platicar, Joey le contó que estaba a una semana de su anuncio de boda y que se sentía nervioso – mi anuncio fue un escándalo, según sería en un hotel en secreto y los paparazis lograron encontrarnos – sonrió avergonzada – me hubiera gustado que también fuera un evento formal – sonrió melancólica.

- ¿Por qué no lo haces? – preguntó Joey como si fuera algo sencillo.

- Mi novio no es de esos, siempre ha sido muy... como decirlo, seco en esos sentidos, no le gusta llamar la atención – dijo con dolor – hace 3 años cuando empezamos a salir, me dijo que mi carrera apenas iba despegando y que si sabían que salíamos dirían que sólo estaba con él por el dinero, así que nos movimos de manera muy sigilosa – dijo emocionada y Joey sintió que el mundo se le derrumbaba, ¿llevaban 3 años juntos? – luego él me propuso matrimonio, pensé que no lo haría, ya que sospechaba que todo ese sigilo era porque me era infiel, pero al parecer de verdad esperaba que yo ya me consolidara para hacer real mi sueño de casarme – las chicas del salón también estaban al pendiente de la historia, todas sabían que ella se casaría con un importante magnate y saber que vivía un sueño como el de cenicienta era algo emocionante para ellas – me lo propuso en noviembre del año pasado, me dijo que lo hacía antes de hablarlo con sus padres por si acaso se oponían, rápidamente nos casaríamos en secreto – Joey lo vio perpleja – me sentí como en uno de esos cuentos, mi novio se la estaba jugando por mi – todas gritaron emocionadas – cuando firmamos el contrato prenupcial pensé que era porque pensaba que me fijaba en su dinero, pero de hecho era para dejarme todo en caso de que él llegara a faltar y ese día me dijo que quería tener 20 hijos conmigo – todas gritaron y Joey estaba caminando por la calle de la amargura, Duke jamás le había pedido hijos, le había dicho que así estaban bien por el momento, jamás le dijo que se fugarían a casarse... llevaba 3 años viéndole la cara de pendejo, mientras él vivía en una burbuja de ilusión pensando que cuando estuvieran juntos serían muy felices - ¿por qué lloras? – el rubio notó que estaba llorando frente a su enemiga.