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—¿Así que quieres que vuelva?— preguntó Oikawa mientras tomaba asiento en uno de los sofás de su apartamento —¿A qué debo este cambio de opinión? Pensé que habías dicho que era un pretencioso niño caprichoso—

Zeus quién recién había entrado junto con dueño se mantuvo a la defensiva y le gruño al mayor de los Oikawa. Sin embargo, el más joven le dedicó una mirada seria y el cachorro se echó inmediatamente sobre su pequeña cama sin dejar de mirar a Yoshino.

—Muchacho...— soltó una bocanada de aire —Sólo tú sabes el montón de mierda que tienes ahí. Jamás había visto una organización tan desorganizada y aún así...

Arg.

Ya sólo faltaba un mes para el aniversario de la empresa y numerosos contratos estaban atrasados por la gala de comunicación, pues más de uno se había negado a tratar directamente con Yoshino porque querían hablar con Tooru.

Todo se había vuelto un infierno en la empresa y ya no había tiempo para lograr que todo el sistema se adaptase por completo a el mayor, ya para esas alturas se requerían de medidas desesperadas y esa por desgracia, era bajar su maldito orgullo ante su nieto.

—Tienes a la empresa en un podio— suspiró —Tú talento es excepcional, eso es indiscutible. Simplemente no puedo manejar algo que ya has moldeado con tanto esmero, yo... ya no soy el indicado para ser el presidente. Hace tiempo que deje de serlo y por esa razon decidí darte el lugar—hizo una pausa y sonrió ligeramente —Estoy orgulloso de lo mucho que has madurado y crecido, sólo quería lo mejor para ti y...

—¿Y eso era un matrimonio arreglado?— interrumpió el castaño más joven sin conmover lo más mínimo por su abuelo.

Sí, esas palabras significaban mucho para él. Pero de nada iban a servir si se trataba de palabras vacías y carentes de honestidad, si las aceptaba y al final volvía a ser su marioneta para forzarlo aceptar algo que no quería.

Yoshino desvió la mirada y soltó otra bocanada de aire. Parecía que hablar con su nieto era cada vez más difícil y estaban llegando a un callejón sin salida.

—Sé que actúe sin consideración alguna. En algún momento estaba convencido que podía lograr el bienestar de mi nieto y de la empresa al mismo tiempo, sin embargo... me equivoqué. Estaba sacrificando tu felicidad y la del joven Hajime por mi codicioso deseo—

—Respondeme esto— Oikawa se levantó del sillón y se empezó a pasear por todo el apartamento con cierta inquietud —¿Mi madre tuvo que pasar por esto?—

Yoshino se sorprendió por lo repentino de la pregunta y bajó la mirada. Hacía bastante tiempo que no hablaba de su hija, que no la recordaba tan vividamente como en ese momento. Alzó la vista y Tooru se percató que la sonrisa de su abuelo ahora era más débil.

—Oh, tu madre...— negó con la cabeza como si quisiera espantar ese anhelo naciente en su pecho. Era obvio que siempre la extrañaría, un padre jamás superaría el dolor de perder a un hijo y él, más que nadie vivía en el infierno en carne propia —Era igual de obstinada y necia que tú. Eres su viva imagen mientras que Sekai... —meneo la cabeza de un lado a otro con cierta diversión —Ella es más parecida a tu padre—

—Ella...

—Ellos eran de dos mundos sociales diferentes. Tus padres se conocieron durante la universidad y él era becado, por supuesto que cuando me lo presentó no daba crédito a lo que estaba viendo— soltó una pequeña risa —¿Mi hija? ¿Con un becado? Era evidente que no iba a permitir que alguien se acercase a ella sólo por su dinero, sin embargo... — se quedó pensando unos cuantos segundos recordando cómo el padre de Oikawa lo miraba con un intenso nerviosismo.

Nunca había visto a alguien tan atemorizado por conocer al padre de su novia, parecía que su hija le había contado historias de terror sobre él y para ser sinceros, estaba dispuesto a ser el peor ser humano si con ello conseguía que el chico se largara. Pero en cuanto lo saludó, todos esos prejuicios desaparecieron, pues el chico no tenía ni la menor idea de quien era él o su hija. No sabía nada de los Oikawa, porque la niña había tenido la brillante idea de no contarle nada hasta que estuviera convencida de que no fuera un interesado.

Sumamente astuta...

—Tú padre siempre fue una persona muy honesta y aunque trate con todas mis fuerzas el hacerle la vida imposible para que se fuera, no lo hizo y soportó todos esos malos tratos porque él amaba a tu madre—

Ante la repentina confesión, Oikawa sintió un pinchazo en el pecho, como si aquello le resultará extrañamente familiar sin saber de donde provenía la sensación.

—Tú eres la prueba de ello, tú y Sekai— reafirmó —Ahora soy consciente de lo mucho que he hecho mal y lo que ocasionó la ausencia de sus padres— suspiró y se levantó del sillón dispuesto a retirarse.

Ya se estaba haciendo tarde y aún tenía asuntos que solucionar.

—Deshare el acuerdo de matrimonio entre nuestra familia y los Iwaizumi — dijo tomando el pomo de la puerta —Sólo quiero que seas feliz, ese era el deseo de tu madre. Elije a quien te haga feliz—

Y salió del apartamento dejando a en solitario a Tooru con un gesto bastante pensativo.

Él... era libre.

Mi jefe es un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora