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—¿Me podrías decir como mierda esto va a servir para juntar a esos dos?— preguntó Iwaizumi bastante contrariado al ver a Atsumu sostener un pequeño roedor.

Desde los últimos acontecimientos Hajime no había dudado ni un segundo en unirse al team shippeador de la empresa y contar lo que había visto con los fundadores. Por supuesto que eso le supo a gloria a Bokuto, Kuroo y Atsumu pues significaba que en ningún momento habían alucinado nada.

La química entre Oikawa y Sugawara era innegable, lo supieron desde el primer momento y vaya que se habían estado esforzando por lograr que esos dos se juntarán.

Ahora el team, tenía una nueva arma y todavía más peligrosa: Iwaizumi Hajime, mejor amigo del castaño desde infantes. ¿Quién más que él estaba al tanto de sus gustos personales? Y lo mejor de todo es que Tooru jamás sospecharia que su leal mano derecha se había revelado en su contra.

Joya, sin duda alguna.

—Tú solo espera— repitió Atsumu en silencio cuidando de que el ratón no se escapara de sus manos. Sin embargo el moreno no podía dejar actuar así como así al rubio, tenía que tener conocimiento o esto no iba a funcionar.

—Ohno, no puedo esperar. Tienes que decirme — se puso en medio del camino y le detuvo el paso. Miya rodó los ojos y resoplo

—Eres pésimo con las sorpresas. No entiendo como Daichi esta enamorado de ti— bufo y en respuesta Hajime le dedicó una mala cara que se podía interpretar que no iba a tolerar la falta de información.

Una cosa era jugar a ser casamenteros y otra era molestar al presidente sólo por puro entretenimiento.

—Ya, bien— Alzó una mano en forma de rendición —Tu nos contaste que Oikawa tiene un amor hacia los animales y que es casi como una Blancanieves—

—Yo no dije eso...— frunció el entrecejo e hizo un puchero al imaginar a su amigo como una princesa de los cuentos que encanta a los animales con su canto.

—Bueno, es probable que Sugawara le tenga miedo a los roedores y esos dos tortolitos están ahora mismo en la oficina, así que el plan es simple — se encoje de hombros —Sólo haremos que nuestro pequeño dictador se convierta en su héroe y lo salvé de este adorable ratoncito con sus habilidades animalescas—

Hajime se lo quedo mirando en silencio.

—Es el plan más idiota que he escuchado — se cruzó de brazos —Bokuto y Kuroo han tenido mejores ideas, no puedo creer que este vaya a ser nuestro primer aporte— negó con la cabeza bastante decepcionado.

—Tú solo observa— se agachó y puso al ratoncito en el suelo para que empezará a caminar.

—No, idiota no lo suel...— El ratón salió corriendo en dirección opuesta—...tes

—Ops—

—Debiste acercarte más. Eres un completo idiota— lo empujó aprovechando que aún estaba en el suelo provocando que Atsumu cayera al suelo.

El gemelo mayor se molestó y lo jalo del saco para tirarlo de igual forma.

—No me llames idiota— se subió encima de él para empezar a zarandearlo.—Estamos juntos en esto—

—Claro que no— Hajime se dio la vuelta y ahora fue él el que lo empezó a zarandear —Yo jamás tendría ideas tan ridículas y estúpidas como esas—

La puerta de la oficina se abrió y Sugawara empezó a caminar sin prestarle mucha atención al camino porque su vista iba pegada hacia unos documentos que tenía que entregarle a Kuroo.

Estaba cansado, pero no podía imaginar el estado de su jefe que seguramente sería peor. El comercial se había grabado exitosamente gracias al vicepresidente y ahora estaba haciendo unas cuantas llamadas para encargarse de la publicidad del salón donde se llevaría a cabo la revelación del modelo de Kia motors.

Entendía que estaba bajo mucho estrés, sin embargo, no podia justificar su mal genio.

—Eres un maldito idiota, Miya— la maldición lo sacó de su trance y cuando levantó la vista sólo pudo ver cómo Hajime lanzaba un puñetazo y Atsumu bajaba la cabeza para esquivarlo provocando que este se estampara contra la mandíbula del peligris.

Se tambaleo y finalmente cayó de sentencia tirando todos los papeles.

—Mierda— Iwaizumi sacudió su muñeca al recibir el impacto y cerró los ojos con fuerza al percatarse a quien había golpeado.

—Arg...—

Estaban muertos.

—Joven Sugawara— corrió el moreno y Atsumu también lo auxilio —¿Está bien? Lo siento tanto, y...yo...

—¿Qué demonios es este escándalo?—

Ohno.

Atsumu y Hajime compartieron una mirada de susto y trataron de levantar a Koushi lo más rápido que pudieron y darle todos los papeles que estaban regados por el suelo.

Estaban muertos, muertos, bien muertos. Jodidos y lo que seguía.

Oikawa salió por completo de la oficina, su mirada lucia cansada y eso lo hacía lucir aún más temible.

—¿Estamos en un puto zoológico o en una jodida empresa?— la actitud nerviosa de ambos confundió al castaño y el hecho de que no dejarán a Sugawara pasar de sus espaldas lo era aún más—¿Ya ha regresado, joven Koushi?—

El peligris se sobo la mandíbula e hizo un mohin de dolor.

—Aún no voy— Tooru ladeo su cabeza tratando de verlo mejor, pero el par seguía sus movimientos impidiendo que logrará su cometido—Muevanse, mierda. Esos papeles me urgen— los apartó y lo que vio lo dejo perplejo.

El labio de Koushi estaba sangrando y tenía la mejilla enrojecida.

Oikawa se frotó el rostro con frustración y volteó a ver a sus dos amigos.

—¿Por q...? ¿Acaso son animales?— espetó mientras empezaba a subir el tono de voz —Cuando pregunté si estábamos en un puto zoológico no pensé que la respuesta fuese a ser afirmativa — se acercó a su asistente y lo tomó del mentón para examinar de mejor manera la herida

—Señor, estoy bien— el contrario sostuvo la mano del castaño apartandola con suavidad mientras sus mejillas enrojecia. Era un milagro que lo hinchado lo cubriera. —Fue un accidente y...

—Nada de accidentes, esos dos parecen un par de orangutanes aunque esperaba más de Iwaizumi— los fulmino con la mirada —Larguense de aquí antes de que cuestione su estadía —

—Sí, señor— dijeron al unísono y dieron media vuelta como soldados.

Lo más probable es que no estuvieran ni cerca de estar a salvo, pero haber salido ileso ya era ganancia. Ahora solo les tocaba cuidarse hasta que la ira de su director se olvidará.

—Vamos a la oficina. Necesito curar esa herida— Oikawa tomó con suavidad la mano ajena y la jalo para llevarlo de vuelta a su oficina.

Sugawara no pudo objetar nada, sin embargo, sentir la calidez que su jefe le ofrecía aminoraba el dolor que sentía en su mejilla.

¿Por qué... se estaba dejando llevar?

Y Quizás ni Atsumu, ni Hajime se llevaron el triunfo consigo, pero habían cumplido con su objetivo. Tooru, pasó de dictador al héroe de Koushi.

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Dios, 51 capítulos y estos zoquetes ni un besito se han dado ¿Creen que falte mucho? Veo las apuestas👀 fsjhaja

Espero les haya gustado aunque aún ellos no avancen muy rápido como potencial pareja.

Los tqm

Mi jefe es un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora