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Oikawa, una vez de haber disfrutado su momento de gloria y fama tomó el catálogo de Kia motors para inspirarse y empezar a decidir la tematica del evento que le habían encargado.

Sin embargo, en ese momento en el que él estaba saboreando su merecido triunfo unos ojos avellana se colaron en sus pensamientos y recordó la forma en la que lo habían mirado despertando una emoción que no supo reconocer enseguida de donde provenía, la calidez de su cuerpo estar tan cerca y la forma en la que sus manos se acoplaban con tanta perfección, todo eso lo invadió tan repentinamente que de manera inconsciente buscó a Sugawara queriendolo ver.

- Joven Koushi- llamó y el mencionado entro con una expresión que a su parecer era bastante cómica.

¿Qué le pasaba? ¿Por qué lucía tan nervioso? ¿No se supone que ya le tenía la confianza para insultarlo directamente?

-¿Necesita algo Señor Oikawa?- murmuró a tal volumen que eso le pareció más extraño al castaño.

Bueno, quizas molestarlo un poco sería divertido.

Se aclaró la garganta y cambio sus facciones por unas más serias, igual a cuando recién había entrado a trabajar.

-Llegas tarde -

-Y...yo...-

Mierda...

Sugawara no sabía que contestar, es decir, ni siquiera había llegado tan tarde. No, más bien no había llegado tarde, fue su jefe quien había llegado más temprano. Pero si era cierto lo que decían sobre cada tercer mes entonces no podía darse el lujo de contestarle como siempre, Oikawa ni siquiera había mencionado su contrato de permanencia y eso significaba que ya lo tenía en la mira o lo tenía dentro de las posibilidades.

Tenía que ser precavido si quería sobrevivir a ese día.

-Lo siento, señor- se disculpó y Oikawa de manera inmediata se sintió desconcertado.

¿Dónde estaba ese entrecejo fruncido? ¿Sus pucheros llenos de molestia?

-¿Se siente bien?- el castaño recargo sus codos sobre el escritorio y se acercó.

-¿Sí?- Dudo al contestar ¿a que venía la pregunta?

Tooru meneo su mano indicando que se acercara hacia él y el asistente obedeció. Se inclinó sobre el escritorio y el director le tocó la frente para sentir su temperatura.

Estaban realmente cerca y Sugawara se sintió inquieto por toda la atención, sin embargo esta empeoró cuando el castaño posó sus ojos chocolate sobre los suyos y se sintió atrapados sobre los mismos.

Sintió sus orejas calientes y de manera inmediata se alejó volviendo a confundir al director por su comportamiento.

-Estoy bien- se cubrió el rostro con su antebrazo y Oikawa sonrió -No sé porqué está haciendo preguntas idiotas en vez de hacer su trabajo-

Ahí estaba... El acostumbrado Sugawara Koushi.

-Sí, ya vi que está bien- ladeo la cabeza y se puso de pie para dirigirse hacia la salida con algunos papeles en mano -Debido a la ausencia del señor Iwaizumi, tendré que arreglar el presupuesto con el señor Kuroo. Si alguien me busca, en especial Mika, dile que no volveré hasta el día siguiente -se encogió de hombros y salió de la oficina dejando al asistente en completa soledad.

Koushi se quedó pensando las palabras que recibió y por alguna extraña razón saber que Tooru no quería ver a Mika le alegró.

Una sonrisa se formó en su rostro y regresó a su lugar de trabajo para continuar con sus deberes.

Mi jefe es un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora