Patinando en hielo (Hades x Qin Shi Huang) (Yaoi/BL Snv)

Cap. 41: Nuevos tiempos

Un tranquilo humano caminaba por el portal que había hecho recientemente el hermano menor de su ahora novio, tenía que dejar las cosas claras con alguien en específico y es por eso que fue secretamente a visitar a cierta deidad.

Después de pasar por el portal, se encontró cerca a una llanura desértica y de lejos pudo sentir la energía de la deidad que buscaba.

—Jojo~... Y recuerda, sólo llámame para traerte de regreso, nos vemos cuñado~— dijo un alegre Zeus antes de cerrar el portal que había abierto.

Qin, se quitó la venda y admiró el cielo sin ninguna nube presente, el fresco aire golpeaba su cara y aquello lo hizo recordar sus tiempos de emperador cuando estaba en vida en la tierra, pero dejó sus recuerdos de lado y avanzó por la llanura hasta encontrarse con aquella deidad que en esos momentos le daba la espalda mientras miraba el enorme desierto.

—Veo... que ahora están juntos...— dijo de forma calmada la deidad mientras seguía viendo la nada —¿eres... consciente de lo que hiciste?— preguntó serenamente.

—Si, lo soy— contestó tranquilo el emperador —Aun así, yo no lo alejé de tí, cuando... se deshizo lo que me ató a él, pudieron vivir ambos sus vidas de manera unida Perséfone, una vida tranquila y pacífica como hacían eso por siglos... sin embargo, ¿quién iba a pensar que había algo más detrás de aquello?—

—¡Yo... LO AMABA!— gritó Perséfone mientras su voz se volvía quebradiza.

—Si lo amabas, entonces no lo hubieras traicionado— habló firme el emperador.

—¡Él lo hizo primero!— contestó frustrada —Ambos... son destinados...— fue en eso que ella volteó a verlo —¡yo sabía!... Ugh... Sabía que ese día llegaría, por eso... tenía miedo de estar sola, ¡yo!...— fue entonces que Qin la interrumpió.

—¡No justifiques tus actos!— habló firmemente —A pesar de que sabías que tu relación no duraría, yo en tu lugar lo haría mío hasta los huesos, confiaría más en él y no buscaría a otro para reemplazarlo por falta de mi seguridad— después de decir aquello, Qin suavizó su mirada y suspiró —Perséfone, Hades te amo hasta antes de saber que lo traicionaste, él estaba dispuesto a criar a mi bebé junto a tí si no habría ocurrido tal escenario, es cierto que desee a un hombre casado, más específico a una deidad con sangre real y aquello bajó mi mandato sería la ejecución, pero aún así, intenté alejarme de él por la amistad que tenía hacia tí, no quería herirte, en serio lo lamento mucho Perséfone, sin embargo, ahora es diferente, ya que vengo hacia tí para pedirte... un deseo— de pronto, Qin avanzó hasta tomar las manos de la deprimida deidad.

—Podría matarte ahora— dijo Perséfone mientras sus manos comenzaron a temblar.

—Se que no lo harás— dijo seguro Qin.

—¿Porqué lo dices así?— en ese instante, Perséfone hizo aparecer lianas espinosas que comenzaron a rodear al emperador mientras tenía la mirada baja.

—Porque tanto tú como yo, amamos a Hades— fue entonces que las lianas se detuvieron —tanto, que procurariamos su sonrisa antes que nada— Qin no sintió que las lianas lo lastimarán y antes de poder decir algo más, abraza a Perséfone —Veo que a tí tampoco te gusta hacerle daño, ¿no es así?— Qin, en ese momento, sintió unas gotas caer en su hombro y a paso ver muchas nubes a su alrededor, comenzando así a sentir una ligera llovizna —Esta bien, él no te odia— fueron las palabras suficientes para escucharla llorar.

Perséfone, se sentía en verdad triste, ya que no podía perdonarse por la traición que le hizo a su fiel esposo y también porque sabía que él estaría bien, sin estar ya a su lado nunca más. Hades, es un nombre que jamás lo olvidará y que eternamente lo llevaría en su corazón.