Justo en estos momentos, Hades se despidió de su esposa.
Después de reconciliarse, prometió a Perséfone esperarla en el Helheim mientras nuevamente pasaba los 6 meses con su madre Demeter, está vez él esperaría en su castillo sin ningún tipo de omega alrededor, en vez del coliseo o el Olimpo, dónde estos abundaban en cada esquina.
Aquello dejó más tranquila a Perséfone y con un último beso, se despidió de su esposo.
—Nos vemos en 6 meses cariño— dijo Perséfone, antes de irse por un portal que su madre con anterioridad había creado.
Después de aquella despedida, Hades simplemente continúo con su trabajo, era mucho más tranquilo estar en su reino, no habían desastres o quejas de sus hermanos por cualquier lío, aunque aquello último, lo hizo reír levemente, ya que no creyó que ellos estarían tranquilos sin llamarlo por algún motivo o desastre.
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.Las semanas pasaron y Hades seguía tranquilo en el Helheim, de vez en cuando jugaba con su cacatúa blanca al ajedrez o a las damas, todo en un ambiente tranquilo y relajado, así era, hasta que recibió una visita inesperada de uno de sus sobrinos.
—Mi señor, tiene la visita del joven Apolo— dijo un sirviente antes de cederle el paso a la nueva deidad.
—Oh... Apolo, ¿qué te trae a mis dominios?— dijo Hades sorprendido, ya que recuerda perfectamente que a Apolo no le gustaba ir mucho a su reino y eso era debido, a que ahí no se encontraba el sol.
—Hola tío Hades— contestó feliz la deidad —sólo vine a traer unos documentos del señor Zeus— dijo Apolo sonriente, antes de acercarse con los papeles en mano.
—¿Sucedió algo allá arriba, de lo que no esté enterado?— preguntó Hades con curiosidad mientras recibía los documentos para comenzar a leerlos.
—No, no realmente, sólo se olvidaron de darte eso— contestó feliz Apolo mientras veía disimuladamente la puerta de entrada de aquel lugar.
—Traiste a alguien más, ¿no es cierto?— preguntó Hades sin apartar la vista de los documentos.
Apolo sólo dio una leve risa al aire, antes de ver nuevamente a Hades, la intuición de su tío siempre lo sorprendía, así que simplemente la deidad se relajó y volvió a hablar, mientras veía a su tío.
—Algo así...— Apolo ya no quería estar ahí —en fin tío, te dejaré tranquilo, nos vemos allá arribaaa~— se despidió él de forma alegre antes de pasar por las puertas de entrada y desaparecer completamente de la vista de Hades.
Mientras tanto, ya lejos de la zona, un tembloroso omega caminó a la par de esta cierta deidad, aquellos dos, caminaron y caminaron, hasta entrar al carruaje de la deidad, en dónde este comenzó a irse volando del lugar.
Una vez sólos y sólo con el silencio presente, la deidad, se bajó el pantalón hasta los tobillos y miró con una sonrisa al omega frente suyo que lo acompañaba.
—A-Apolo...— decía el omega tembloroso por lo que el alfa hacía.
—Te dije, que si no hacías lo que dijera, yo iría con Hades— el omega dio un quejido de temor ante sus palabras —ahora, tienes suerte de que no le allá dicho nada, así que si no quieres tentar tu suerte, entonces lame...— dijo un divertido Apolo a un nervioso Simó.
—Si...— sin ninguna demora, el omega se agachó y obedeció al pedido del alfa.
—Kufu~ buen chico— pronunció antes de darle una leve caricia a los cabellos del francotirador.
Pero... ¿cómo es que ocurrió aquello?, fue la pregunta que se dió Simó mientras sentía cómo el alfa tocaba más de sus cabellos al lamer cierta área que lo avergonzaba, esa fue su pregunta, una pregunta tan sencilla, que hasta el emperador lo podía responder, sin embargo, el omega no lo comprendía y eso es debido, a que todo esto, fue que se remontó, hace algunos días.
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Patinando en hielo (Hades x Qin Shi Huang) (Yaoi/BL Snv)
Fiksi PenggemarGracias a un golpe ocasionado por el mismo dios del inframundo, Qin Shi Huang o más conocido como el joven Ying Zheng pierde la memoria y ante el enojo de su valquiria obliga a este mismo dios a cuidarlo ya que ni ella misma soporta los destrozos qu...