El favorito del Sultán (Terminada)

2. "Espera"

Había sido casi arrastrado a un palanquín, y en el trayecto no pudo ver más que sus pies y formas borrosas a través de la tela de seda. Su vida había cambiado en un abrir y cerrar de ojos, ahora estaba prometido al sultán enemigo y quien sabe cuantas penurias le esperarían, pero la vergüenza y la decepción del actuar de su padre, era lo único que Sasuke tenía en la cabeza.

Siempre supo que no era su hijo favorito, Itachi, el primogénito y heredero al trono, era el orgullo del rey. Sasuke solo había sido un adorno más dentro de aquel suntuoso palacio, y el que terminó siendo vendido por un puñado de monedas. Con las ventanas cerradas y en soledad, se permitió llorar y sacar toda la angustia que pudo durante las largas horas que tomó el trayecto. Pronto, a medio día, el bamboleo del palanquín terminó por calmarlo y sumergirlo en un ligero trance, solo siendo interrumpido cuando un suave golpe le anunció que los esclavos lo habían dejado en el suelo.

—Alteza...— un susurro familiar lo hizo inspirar ansioso y acercarse a una de las ventanas cubiertas.

—¿Karin?— sollozó.

—Sí, soy yo, mi príncipe. El sultán me ordenó seguirlo y servirle allá donde vaya— anunció la mujer y Sasuke sonrió con alivio. Al menos un rostro conocido...

—¿Dónde estamos? ¿Qué es lo que ves?

—Es el campamento del ejercicio Uzumaki, a un lado del oasis. Hay muchas tiendas y...

—¿Qué más?— preguntó ansioso.

—El sultán se bajó de su caballo, le ordenó a unos soldados que prepararan una tienda para usted.

—Supongo que tendré que esperar— murmuró para sí mismo y terminó apoyando la cabeza en la madera del palanquín.

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Se había quitado uno de sus anillos y jugaba con la joya sentando sobre los cojines de su lecho, mientras escuchaba el parte del capitán, pero apenas le prestaba atención.

—El pueblo a aceptado el cambio más rápido de lo que se esperaba, sultán. Sin dudas estaban cansados del mandato incompetente del rey Fugaku...— dijo, pero detuvo su hablar cuando vió al monarca totalmente ensimismado —¿Ocurre algo, majestad?

—Neji...— murmuró él con voz raspoza, sin dejar de mirar el anillo y rozar el enorme rubí que tenía en el centro, con uno de sus dedos —Prepara todo, me casaré esta noche— anunció de repente.

—Perdone, sultán, ¿pero ahora, en medio del desierto?— el monarca solo levantó la vista y lo miró, haciendo que el capitán comprendiera de inmediato sus razones —Entiendo, no quiere que pase igual que con su segundo esposo.

—Sería una verdadera lástima. El príncipe Sasuke es perfecto en cada sentido.

—¿No teme que posea un carácter impropio? Después de todo no fué educado por la valide sultán. A veces la hermosura no basta.

—Mide tus palabras, capitán, ¿de quién crees que estás hablando?— reprendió, vió a Neji ponerse firme, pero luego suspiró —No me equivoco al juzgar a las personas, él tiene esos ojos inteligentes, al igual que su hermano. Quiero que al llegar vaya directamente al Palacio de los Jazmines, allí estará seguro bajo el cuidado de mi madre— explicó y luego le hizo una seña para que se marchara, dando por terminada la conversación.

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—¿Por qué esta noche? Pensé que llegaríamos al palacio imperial primero— exclamó Sasuke muy nervioso cuando Karin le dió la noticia, ya dentro de su tienda. Ella lo guió a su lecho y separó la estancia con una cortina para cubrirlo, mientras un par de soldados traían y llenaban una bañera de madera.