9. "Agradecido"

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Acostado en la cama, jugaba con Tamya, quien estaba sentada sobre su pecho mucho más animada, tratando de alcanzar una cinta que el príncipe sacudía delante de ella. A través del velo transparente con el que cubría su rostro, sus dos criadas podían observar su sonrisa, a pesar de la incertidumbre de lo que esa noche acontecería.

—¿Qué prendas elegirá, alteza?— preguntó Karin, mientras Ino se disponía a dar un masaje en sus pies, con algunas lociones.

—Azules...— respondió apenas y siseó cuando Tamya arañó su mano —Tranquila— rió.

—¿Y joyas?

—Las que quieras.

—Unas bien hermosas, debe resaltar en la danza de esta noche— señaló Ino, siendo secundada por la pelirroja.

—¿Resaltar para qué?— preguntó Sasuke, ahora sentándose y colocando a la felina sobre su cojín.

—Para el sultán, alteza— rió Karin —Se ha portado muy bien con usted, creo que debería agradecerle de alguna manera.

—¿Qué podría yo, darle al sultán?— preguntó, obviando a propósito la respuesta más evidente y obligándose a concentrarse en las manos de Ino, mientras Karin iba a sacar prendas de los baúles después de lanzarle una mirada de picardía.

—Alteza, no puede vivir al margen de su situación. Las esposas del Palacio de los Jazmines, siempre han competido por la atención del sultán. Además...— murmuró Ino, acercándose un poco más después de mirar la puerta —escuché en la cocina que anoche la primera esposa y el sultán discutieron, y que él no pasó la noche con ella, como siempre ha hecho.

—Quizás por eso tenía tan mal humor hoy en las lecciones— rechistó Karin, pero Sasuke solo recordaba la expresión disgustada de su majestad la noche anterior, cuando lo encontró en las escaleras.

—No me interesa eso— rechistó —Con quien pase la noche el sultán, no me importa— añadió y entonces escuchó un maullido cansado de Tamya —¿Tú estás de parte de ellas también?— preguntó en tono infantil.

—Ay, su alteza es tan joven e inocente aún— suspiró Karin, mientras ordenaba un pantalón de seda azul marino con bordados en oro, y un blusón bastante revelador y transparente —Ya sabe de lo que hablamos, tuvo su noche de bodas, ¿no?

—Eh... sí— mintió, agradecido por el manto que cubría su cabeza y rostro.

—Seguro el sultán quedó encantado con el príncipe, tanto que le perdonó haber salido— rió Ino —Nunca habla de eso, su alteza— señaló.

—¡¿Por... por qué tengo yo que estar hablando de esas cosas?!— inquirió enojado y avergonzado —¡Son asuntos del sultán y míos!

—Tiene razón, príncipe, perdonenos— dijo Karin —Es solo que queremos lo mejor para usted. Yo por lo menos, estoy muy contenta de que esté aquí y no en la calle, preso o muerto...

—¡No digas esas cosas!— protestó Ino, disgustada. Sasuke solo volvió a acostarse, alcanzando otra vez a Tamya y acariciando su pelaje

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—¿Puedo preguntarle una cosa?— el monarca miró a Neji a través del espejo y asintió, mientras acomodaba sus ropas —¿Cuándo dejará el luto? Hace más de un año que murió el sultán.

—Ya no guardo luto por mi padre— confesó, dándose por fin la vuelta y comenzando a caminar, invitando al capitán a acompañarlo a través de los pasillos de su palacio —Visto de negro para que mi madre no se sienta sola en sus penas. Ella amó demasiado al sultán, tanto que también adoró a sus otras esposas e hijos.

El favorito del Sultán (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora