El favorito del Sultán (Terminada)

29. "Confabulaciones"

—Entonces, ¿entre caballería, infantería y arqueros, quién ataca antes?— preguntó el bostanci mientras alargaba su brazo en un ataque directo a un costado.

Sasuke lo esquivó y luego se mordió el labio inferior ante la dificultad, aunque el gesto quedaba oculto por el velo blanco sobre la mitad de su rostro, el que hacía juego con pantalones anchos, sencillos, y una camisa del mismo color. Giró ágil haciendo que su trenza siguiera sus movimientos, pero Neji supo como detener su contrataque con una destreza abrumadora.

—¿Caballería?— respondió en medio de un jadeo.

—No, haseki— exclamó su cuñado —Los arqueros y la infantería van primero— corrigió.

—Entiendo lo de los arqueros, pero la infantería es más vulnerable que la caballería. Se pierden más hombres de esa manera— protestó, continuando con su entrenamiento.

—Es cierto, alteza, pero en una guerra el general de ejército nunca puede quedarse sin una carta bajo la manga. La caballería es un grupo reducido por su mayoría, pero fuerte en ataque, su participación se guarda para cuando el enemigo está más agotado, y así darle un final rápido a la batalla. Si atacara antes, se perdería su efectividad y también gran número de soldados por la extensión del tiempo....

—¡Ya entendí!— exclamó —Me es difícil pensar mientras estoy luchando.

—Son justificaciones, haseki. Un buen guerrero lucha instintivamente y siempre es capaz de pensar pasos más adelante.

—Me estás pidiendo que vea el futuro— rió en medio de un jadeo y con un gesto le pidió detenerse.

—Así, es, haseki— respondió el bostanci y luego frunció el ceño con preocupación —¿Está bien?

—Sí, sí...— exahaló mientras colocaba una mano en su pecho —Solo agotado.

—No hemos llegado al final del entrenamiento— señaló Neji.

—Ya sé...— jadeó, pero entonces su vista se dirigió a Gaara, quien llevaba un velo igualmente en la mitad de su rostro, y se acercaba algo tímido.

Era la primera vez que lo interrumpían en sus entrenamientos en todo un mes, pues para evitarlo, Sasuke había destinado un espacio para las lecciones en lo más apartado del jardín trasero del Palacio de los Jazmines. Aún así, recibió la llegada del segundo esposo con una sonrisa.

—Haseki...— saludó con una reverencia, pero él notó como el pelirrojo no levantaba del todo su vista —La valide sultán me envió para recordarle que debe elegir los platillos para la cena de esta noche.

—Oh, es cierto— murmuró apenado —¿Por qué no mandó a una sirvienta?— preguntó curioso.

—Eh... Es que estábamos hablando en la fuente y... me ofrecí. No me molesta— balbuceó apenas.

—Entiendo, pero aún no he terminado mi entrenamiento— habló pensativo y miró a Neji, quien parecía repentinamente muy concentrado en el falso filo de su espada. Cuando el bostanci se dió cuenta de que era la diana de la atención, carraspeó apenado y se recompuso.

—El haseki debería descansar. No creo que tenga buen rendimiento en ese estado— dijo serio y estiró su mano para que Sasuke le diera los dos puñales que llevaba —Estaré aquí mañana, a la misma hora— informó antes de alejarse y ambos donceles lo siguieron con la vista.

—Gaara...— llamó él, teniendo que exigir la atención del pelirrojo de regreso.

—¿Sí, haseki?— exclamó colorado.

—¿Me acompañas a la cocina?— preguntó solícito y le tendió un brazo que Gaara sujetó con una sonrisa oculta por su velo.

—Por supuesto— exclamó, pero Sasuke otra vez lo encontró mirando hacia donde se había ido el bostanci.