Felix detuvo sus pasos, mirándome en completo silencio. Una fascinante felicidad explotó en mí cuando sus ojos colisionaron con los míos, pero siendo fiel a mi orgullo, sólo opté por alzar brevemente una de mis comisuras.
—Bien, yo tengo que arreglar unos últimos asuntos en la universidad —dijo Seung, besándome la frente, y luego tomando su mochila—. Por favor, no peleen, quiero regresar y que mi casa siga existiendo.
—Suerte, Minnie —le despedí.
—Que todo salga bien —siguió Felix.
Finalmente Seung se perdió detrás de la puerta, dejándonos en un ambiente de completo silencio. Pasaron los segundos y vi con atención el cómo Felix se acercaba a la alacena y tomaba las cosas necesarias para prepararse una chocolatada. Aunque no lo quisiera decir, la verdad es que me sentía un tanto orgullosa de ver su nivel de resiliencia más incrementada. Ahora podía asegurar que se trataba de un chico normal y no del debilucho que en algún momento necesitó de ser instruido para hacer algo correctamente.
Di un suspiro y presioné los dedos en mi taza, atrayendo toda mi fuerza de voluntad para no doblegarme ante su primera mirada de gatito lindo.
—Necesito de tu ayuda, hijo del Sol.
Sentí la punzada en mi estómago y tuve que morderme la lengua para no gritarle o golpearlo.
—Por favor, no me digas así.
—Es lo que eres, ¿no?
—Sé que piensas que es una broma, pero te aseguro que no lo es —resopló—. Yo... sé que te hice daño, sé que me pasé cuando te uní a mí sin tu consentimiento y te juro que estoy esforzándome mucho para no ir a casa de Choi y traerte de vuelta... porque sé perfectamente que cometí un error y estoy arrepentido de ello.
Le miré sorprendida. Él seguía ocupado en su chocolatada, dándome la espalda. Mi lengua picaba, suplicando decir algo al respecto, que no me dejara como una estúpida. Pero tal como lo es mi naturaleza, no fui capaz de decir algo.
—... Aún así, quiero que te quede claro, que voy a traerte de vuelta en la primera sensación que me transmitas —añadió, girándose finalmente.
—¿De qué hablas?
—Voy a robarte de sus brazos con el primer sentimiento de miedo o dolor que me des.
Tragué saliva, humedeciendo mis labios, ansiosa. Sus ojos eran brillantes y a pesar de lo amenazante de su voz, podía sentirme protegida, cobijada con un manto de calidez genuina. El pulso de mi corazón se vio alborotado cuando la idea llegó a mi cabeza y supe que tenía que hacerme la tonta para que fuera él mismo quien me confirmara lo que estaba pensando.
—¿Puedes ser más claro, por favor?
—Sé que durante tu ruptura, estuviste tres semanas internada en el hospital por culpa de Choi y no quiero que vuelva a pasar... A eso me refiero —explicó.
—¿Seungmin te habló de eso?
—No te enojes con él —defendió, sentándose frente a mí—. Sentí tu miedo durante una noche y me dejaste sin ganas de traernos una preocupación ardiente en la boca del estómago, así que tuve que preguntarle a Seungmin sobre tus miedos y ese secreto salió a la intemperie... Minnie sigue asustado con tu decisión.
—Ese no es un asunto del que tú debas preocuparte —le encaré, buscando ignorar el tema—. La tía Sun me dio una solución para poder recuperar la vitalidad que te di y desgraciadamente tengo que apoyarme de ti, así que de ahora en adelante, tú y yo vamos a vernos las caras única y exclusivamente para esto —demandé.
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MR. SUNSHINE || LEE FELIX
FanfictionLa Luna ha caído en una maldición y si no hacen algo, terminará muriendo junto a su brillo y magia. El Sol no puede permitirse perder al amor de su vida. La descendiente de ambos sigue en la tierra, así que el Sol envía a sus hijos para que estos...