☆゜・・゜ ・ 28 ・゜・・゜★

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Me recosté en los muslos de mi mejor amigo, lloriqueando, mientras su risa me atormentaba. Pasó sus dedos por mi flequillo, abriéndolo por la mitad y despejando mi frente.

-Fuiste tan idiota -burló.

-¡Ya lo sé, no tienes que repetirlo!

La risa de Seungmin bajó su intensidad paulatinamente. Sus dedos no abandonaron mi frente y en el ambiente se desató una milésima de tensión.

-¿Te hizo algo ese maldito hijo de...

-No -le interrumpí-. Ya no lo hace, simplemente me obligó a dormirme con él.

Levanté la mirada, notando el rostro de Minnie que no dejaba de mirar hacia el interior de la casa con los ojos ahogados en ira, seguramente buscando la presencia de Yeonjun para hacerle alguna seña vulgar.

-Vuelve a casa conmigo.

-Seung.

-_____ -me miró-. Estás volviendo a ser exactamente la que eras antes. Tal vez ese hijo de puta ya no abusa de ti, pero nadie puede estar seguro de que no va a volver a lastimarte en un ataque de locura hasta que termines nuevamente en el hospital, claro a menos de que la siguiente vez sí decidas defenderte y reventarle las bolas como te lo enseñaron en el ejército.

Los ojos de Seungmin brillaban. Sus cejas arrugadas y el mohín de sus labios me parecieron gestos tiernos, dignos un cachorro. Supe en ese momento que estaba dándolo todo de sí mismo para hacerme cambiar de opinión a como diera lugar.

-Yeonjun me pidió casarme con él -confesé tan de pronto.

-¡¿Qué?! ¿Y qué le respondiste?

-Le dije que no me veía en un matrimonio, pero él lo tomó como parte de mi berrinche por nuestra pelea, esa es la razón por la que ahora parece el novio más atento del mundo.

-Realmente quiero matarlo -farfulló, dando un suspiro largo-. Oh, por cierto, pasó algo extraño -murmuró, jugando ahora con un mechón de mi cabello.

-¿Lix y sus hermanos están bien?

-Sí, ellos están bien, han estado muy unidos, así que ahora me siento sólo -suspiró-. Pero esa no es la cuestión, el jefe Bang...

-¿¡Le pasó algo malo!? -interrumpí, levantándome de golpe.

-Él está bien, ahora déjame hablar, carajo.

-Lo siento.

-Minho dijo que los médicos no encontraron lesiones en su cuerpo... La sangre estaba presente, pero no la herida.

Mis ojos se abrieron, inevitablemente delatándome a mí misma. Seungmin alzó la ceja y volvió a recostarme en sus piernas, buscando calmarme con las mismas caricias de antes.

-¿Puedes decirme lo que ocurrió?

-Yo, no lo sé, Seung... Estaba tratando de detener su sangrado desde la espalda, de pronto mis manos comenzaron a arder y cuando las quité ya no había nada, no sé qué mierda ocurrió.

-¿Cómo lucen ahora? -se interesó.

Entendí a lo que se refería en ese instante. Subí mis manos, colocándolas frente a mis ojos. Las marcas seguían tan brillantes y azules como la primera vez, sólo con la única diferencia de que ahora mis articulaciones no dejaban de palpitar.

-Siguen aquí, Minnie... y siguen dando miedo.

Me tomó la mano derecha, acariciando la misma y luego tomándola para dejar un beso en mi pulgar.

-Está bien, oye lo vamos a superar.

-¿Cómo? Seung, esto es magia, no es una bacteria que vaya a quitarse con una vacuna.

MR. SUNSHINE || LEE FELIX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora