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Negativo.

Mi sangre yacía cuajada, apartada de la sangre de los hermanos. Levanté la mirada con el corazón oprimido. Los cuatro estábamos en silencio, claramente conmocionados. Me interesé en la reacción de Jeongin, sus ojos brillantes estaban desilusionados, vibrando en busca de las razones de su mala corazonada.

El ambiente se tornó azul y decepcionante, pero rápidamente terminé con aquello cuando nuevas náuseas se hicieron presentes. Salí corriendo del escondite, directo al baño principal, nuevamente ese líquido negro salía de mi cuerpo, tan oscuro como el petróleo y de sabor tan asqueroso que era indescriptible. Mis piernas y brazos comenzaron a temblar y una corriente de escalofríos se desencadenaron haciéndome respingar entre momentos. Sentía el temor de Felix, su preocupación. También sentí la incomodidad y la impotencia de otros. El vértigo me estaba atormentando y poco a poco me sentía cada vez más débil.

—Hija, trata de respirar.

Por primera vez, la voz de mi mamá fue suave y cuidadosa. Su palma se colocó en mi espalda y dejó una serie de golpecitos suaves.

—Comenzó a devolver desde esta mañana, pero no sabemos qué puede ser —informó Seung desde la puerta.

—Llama a la abuela Sun por video, Minnie, por favor —pidió, tendiendo el teléfono.

Seungmin lo hizo y mamá continuó a mi lado, los hermanos también se acercaron con algunas toallas y los ceños fruncidos, seguramente espantados por el espectáculo que estaba protagonizando en ese momento.

—Ya está en línea —informó Seung.

La garganta me ardió, sentí el calor desesperante subiendo por mi tráquea como un ácido potente. Ni siquiera pude poner atención a lo que mi madre y la tía Sun hablaban. Todo me estaba siendo tan ajeno e insoportable que solamente quería acostarme a dormir. Mas pronto, la vergüenza se expandió por todo mi ser y quise que la tierra me tragara cuando mi madre giró la cámara y mostró el interior del inodoro, ni siquiera me permitió quejarme porque salió del baño para hablar con ella.

—¿Felix, estás sintiendo lo mismo que _____? —inquirió Seungmin, cuando se acercó.

—Sí, lo siento, pero no estoy seguro de lo que sucede, esto es tan extraño.

—No somos familiares —recordé cuando me pude calmar—. Yeonjun dijo que quedaban al menos seis meses para que el mundo se acabe... dejen de perder más tiempo y vayan.

—No podemos —interrumpió Innie—. Felix está unido a ti, si se separan más de lo normal entonces uno de los dos se suicidara y el otro sufrirá.

—Vaya mierda —jadeé.

Estaba molesta. Me enojaba saber que habíamos perdido tanto tiempo en nada. Me molestaba pensar en todo lo que mandé al carajo para estar bien con esta nueva vida. Me molestaba no poder ser de ayuda y sobre todo, saber que ahora era un maldito bache en su camino.

Mamá volvió a dónde estaba. Me tomó la temperatura y pidió a Minnie una cubeta con agua fría.

—¿Qué le dijo la tía? —se interesó Felix.

—Según la abuela Sun, _____ está vomitando malas vibras, su maldición, la intensidad de su magia y su unión contigo... la convirtieron en un contenedor.

—¿Contenedor?

Mamá se rascó la nuca. Le era difícil explicarse y vi en sus ojos el estrés de la confusión. Minnie llegó unos segundos después y con su ayuda comenzó a ponerme fomentos en la frente.

—¿Conocen el ritual del huevo? —consultó de nuevo mi madre.

—Uh, es donde el huevo se torna... ah.

MR. SUNSHINE || LEE FELIX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora