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—... Cuando Zeus se enteró de esto, quiso ayudarlos, pero...

—El rencor de una mujer es lo más poderoso que existe —adivinó Seung.

—Correcto, ni el poderoso Zeus fue capaz de deshacer su encanto, así que simplemente les ayudó, los convirtió en seres pensantes a partir de sus tierras y creó el fenómeno de los eclipses para que nuestros padres puedan verse y tocarse por algunos instantes.

—Es muy cruel —murmuré—. ¿Qué hay de su hija y sus generaciones?

—Zeus le explicó a mi padre que la maldición de Afrodita buscaba hacerles saber que el amor no es hermoso como ellos quisieron hacerlo parecer, todos tenemos la sospecha de que la persona que tiene su linaje está sufriendo, tanto emocional como físicamente, mi madre está intentando salvarla, pero los daños de su sangre son mucho más fuertes para ella... Jeongin y yo estuvimos buscándola, pero no hemos dado con ella.

—¡Oh Grandes dioses! Sunggie, ¿no será _____ la descendiente de nuestros padres? ¡Tiene nuestra marca en nuestra piel!

Me quedé congelada ante la sugerencia de Jeongin. Los ojos de los cuatro se colocaron encima mío, pero yo sólo fui capaz de mirar a mi mejor amigo, a la persona que conocía desde que tengo memoria y la que conoce de mis raíces. Pensar en esa posibilidad se volvió rápidamente en un dolor de cabeza.

—¿Qué dices? —preguntó Seung, levantándose.

—Escucha, _____ tiene la marca brillante en sus manos, sus ojos no desprenden felicidad absoluta a pesar de su conexión con Lixie, son enormes coincidencias.

—¿Has estado sufriendo en los últimos días, _____? —me preguntó Jisung.

Todas sus palabras me estaban atormentando. La enorme roca en la que se estaban convirtiendo sus habladurías, comenzaba a sentirse pesada en mi espalda. Le tomé la mano a Seungmin y fue solamente así que pude calmarme un poco.

—Jisung, Jeongin, están siendo muy descorteses con ella —intervino Felix—. Por favor, permitamos que tome un descanso y quizá luego pueda respondernos correctamente —sugirió.

Sus dos hermanos se miraron a los ojos. Dedicaron una reverencia a Felix y luego se giraron hacia a mí, dedicando otra reverencia mientras susurran una disculpa.

Me sentí mal, al verlos haciéndolo, el impulso me obligó a tranquilizar su entusiasmo, pero entonces la explosión de un disparo se hizo escuchó desde las afueras, haciéndonos respingar. Mis instintos de soldado me sacudieron en ese instante y tuve que tomar mi papel.

—Quédense aquí —ordené.

Me solté de la mano de Minnie y salí corriendo hasta la oficina del jefe Bang. Tomé la pistola y la radio guardadas en su locker personal y volví a salir directamente al exterior.

Bailé la mirada a todos lados, notando únicamente la presencia de una ambulancia en las afueras del parque. Llevé mi mano al pantalón tomando la radio, mientras comenzaba a caminar con cuidado.

—Aquí _____, alguien responda.

—¿Qué haces?, vuelve adentro.

—Por supuesto que no, Hyunjin, ¿dónde están? Hay una ambulancia ahí afuera.

—___...

—¡¿Dónde están, Hyunjin?!

Zona suroeste, a 500 metros del lago —resopló.

—¿Heridos?

—Una mujer, es la misma que están tratando en la ambulancia.

—¿Es...?

MR. SUNSHINE || LEE FELIX Donde viven las historias. Descúbrelo ahora