Carlisle salió de la taberna necesitando un espacio para alcarar su mente, no quería arruinar el buen ambiente que había dentro, le gustaba escuchar acerca de Harry, pero también se estaba atormentando demasiado.
Decidió que quería recorrer un poco las calles del pueblo, ver un poco de lo que podía encontrar ahí podría distraerlo.
Pero claro que el universo no quería que se distrajera porque al pasar al lado de una tienda de dulces vio al otro lado de la tienda a Harry quien estaba siendo alimentado con dulces por Sam a quien Carlisle notó muy enamorado.
Eso fue demasiado, se alejó rápidamente de ese lugar hacía un sendero que lo llevó a un mirador.
No podía decir que esperaba que su pareja destinada lo aceptara, bueno, Harry ni siquiera lo sabía y no podía culparlo por ello, pero eso no evitaba que sintiera soledad, soledad absoluta.
—Estar solos nos ayuda a pensar, a aclarar la mente cuando esta llena de pensamientos intrusos—.
Carlisle no se había dado cuenta, a pesar de sus sentidos desarrollados de vampiro, no se había dado cuenta de la mujer que estaba a su lado.
de unos cuarenta en adelante, distinguida, no sobresaliente, pero si distinguida.
—Disculpe, no era mi intensión invadir su espacio.
—Fuí yo quien invadió tu espacio, Carlisle Cullen.
Carlisle se puso a la defensiva, ¿quién era esta señora y por qué sabía su nombre?.
—Yo lo sé todo, Carlisle, el pasado, el presente y el futuro y el tuyo es demasiado confuso, incluso para mi.
—¿Usted es..
—Louis Black, un placer, una vidente aunque sin magia, irónico, ¿cierto?, en fin, no vine hasta aqui para hablar de mi, Carlisle, estoy aquí para hablar de ti, de tu futuro, de tu pareja.
Carlisle se olvidó por completo que esta señora era una completa extraña y que sabía demasiado de su persona.
—¿De qué trata?.
—Estas perdiendo el rumbo, Carlisle, crees saber lo que es mejor para Harry, pero en realidad solo estas suponiendo y dejando que el destino o como lo llames se encargue de todo, es tiempo de que actues Carlisle, no me refiero a que te lances de lleno, pero debes marcar una línea porque estas a punto de perderlo y va a ser tu culpa.
Carlisle parapdeó y la mujer ya no estaba frente a él, miró a todos lados, pero no encontró rastro de nadie.
Pero dentro de si sintió un impulso, fue directo hacía la tienda de dulces donde sabía que estaban Harry y sus amigos.
Esperó afuera a que salieran
...
Harry le daba a Sam dulces de todos los sabores.
Sam hizo una mueca —Harry, esto sabe a moco— Harry se rió a carcajadas, pero se calló cuando Sam lo besó compartiendo el sabor a moco.
—Wacala Sam, eso sabe a moco, espera aquí, hay unos dulces que seguro te gustan más.
Harry se separó de Sam y fue hasta la entrada de la tienda ya que había un mostrario afuera en el que habían unos dulces de regaliz con chocolate.
Al salir vio que Carlisle estaba afuera.
—Pensé que estarías con los demás, ¿pasó algo?.
Carlisle se puso frente a Harry y le acarició la mejilla,
Pronto, al mirarlo a los ojos, Harry supo que este hombre no era el amoroso Carlisle que siempre le había ayudado con su tarea, el hombre que se quedaba con el horas charlando sobre cualquier ocurrencia de Harry, no era el hombre al que Harry le había contado sobre Voldemort a medias, este hombre era alguien más y lo sabía por ese brillo en los ojos, como un cazador a su presa.
—No sabes cuan importante eres para mi, no sabes todas las horas que ocupas mi mente, los días que me desconcentras, te has vuelto la piedra en mi zapato y me he dado cuenta que no quiero vivir sin eso.
