Dom 25 de Dic 1994
Draco había pedido permiso al director para pasar la navidad con su familia, hubiese preferido pasarlo en el colegio con sus amigos y Harry, pero su padre le había pedido explícitamente estar en casa para esa fecha.
Su madre tan hermosa como siempre, su cabello y piel relucientes y que daban calma a Draco cada vez que la tocaba porque siempre le daba la sensación de que estaba viva, de que seguía viva.
Estaba con ella en su cuarto, ella estaba frente al espejo, Draco se acercó y tomó el cepillo para peinar su cabello.
—Te ves hermosa esta noche, madre.Ella sonrió a su hijo, pero aquella sonrisa no llegó a sus ojos, aún así Draco mantuvo su compostura ante ella, sería su pilar el tiempo que fuera y un pilar no puede flaquear.
Al terminar de cepillar su cabello, Draco la ayudó a abrochar su collar, —Todos van a tener sus ojos en ti esta noche.
Ella miró a Draco a los ojos, —Te ves más radiante desde que visitas a Potter en EE UU.
Se lo había confesado a ella hace unos meses, su padre no sabía que visitaba a Harry, pensaba que Draco se quedaba con sus familiares en EE UU.
—Es un bello lugar, es tan tranquilo, creo que te gustaría visitarlo, es más, quiero llevarte a visitarlo, estoy seguro que querrás vivir ahí.Ella solo bajó la cabeza, ya se había resignado a que pronto su vida debía llegar a su fin, sabía ella que su hijo seguía yendo a la mansión solo por ella, que su hijo seguiría a su padre solo por ella, para que ella estuviera a salvo y como madre no podía sentirse más querida por su propio hijo, pero también como madre quería darle a Draco un último regalo, un regalo que solo ella podía darle para evitar que Draco manchara sus manos, para evitar que Draco siguiera un camino que no quería seguir, para darle a su hijo el regalo de poder elegir su vida, algo que ella jamás tuvo desde pequeña, pero podía dárselo a su hijo...su libertad.
—Es momento de bajar, mi dragón.
Draco asintió y ofreció su brazo a su madre para llevarla al salón donde se llevaría a cabo la fiesta anual que ofrecía la familia Malfoy a las demás familias de sangre pura.
Todos tan bien vestidos, con los mejores modales, para Draco no eran más que cerdos siguiendo a un hombre que los mataría como tal solo por diversión.
La noche no tuvo nada de especial, Draco y su madre solo asistieron parte del evento y se retiraron con la excusa de que Narcissa no se sentía bien esa noche y Draco la cuidaría.
...
Sab 31 Dic 1994
Siempre dicen que el año nuevo es una vida nueva, que es la oportunidad de muchos de volver a empezar, pero para ello muchas cosas debían quedarse atrás para que la vida te trajese nuevas cosas.
Narcissa solo esperaba que quedándose atrás la vida le trajese a Draco nuevas oportunidades, nuevas personas que lo ayudarían, que lo guiarían, que lo cuidarían.
Subió a lo más alto de la Mansión Malfoy en compañía de su Elfo más leal, Dobby.
Él iba sosteniendo la lámpara mientras subían por las escaleras.
—Querido Merlín, si escuchas mi plegaría por favor ayúdalo...rezo por Harry Potter, para que su vida prospere por sobre la oscuridad, que traiga esperanza a los desamparados, conviértelo en un símbolo de valentía, rezo por para que la luz prospere sobre todo lo malo, para que quienes fueron callados hace tantos años alcen su voz y sus varitas...Rezo por los padres, hijos, amigos, amantes, ricos, pobres...rezo por la libertad...rezo por mi hijo Draco, cuídalo y no dejes que su padre o Voldemort le quiten lo que quiero darle...