the red and the cold│𝗺𝗮𝗿𝗸𝗵𝘆𝘂𝗰𝗸

🌻│25

Frío imprevisible

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—Vas a sangrar. Mejor muerde esto.

La puesta de sol era un rojo anaranjado brillante. Donghyuck, en la terraza, contemplaba el apacible paisaje. Pero a diferencia de la tranquila escena nocturna, su mente estaba llena de vértigo. Naturalmente, se llevó el dedo a la boca y lo mordió, y Mark, que venía por detrás, le entregó una paleta sin envolver. Donghyuck lo rechazó, bajando la mano de su boca.

—... No, gracias.

—Menos mal que no te gustan los dulces.

Mark se llevó a la boca el dulce rechazado, tenía un rico y mantecoso sabor escocés.

—No estás tan enfadado como pensaba. Estaba preparado para oír un comentario en toda regla.

—... Porque soy responsable. Sé que no me corresponde a mí decir que es culpa tuya.

—Huh.

—Es que... a ver cómo va luego y digamos que hemos roto. —no había salida. Daba igual cómo la buscara.— Se puede decir que me abandonaste, de todos modos, de una manera indirecta. Siento haberte hecho quedar mal.

Mark entornó los ojos como si le resultara inesperado escuchar semejante disculpa, pero el chico hablaba en serio.

Una vez pasada la vergüenza inicial, Donghyuck recuperó poco a poco la compostura. Admitió después de la tomentosa cena, aunque sólo fuera por un momento, que era él quien estaba poseído por el olor de Mark.

—Supongo que todavía es difícil de controlar. Espero que sea sólo porque estoy cansado.

Suspiró superficialmente, hablando con franqueza. Mark se quedó mirando su perfil.

Aunque estaba trabajando más que los demás, Donghyuck seguía pareciendo más delgado que el resto. Sobre todo porque los músculos que se habían levantado con toda su fuerza desde la pretemporada se habían perdido a lo largo de la dura temporada. Miró aquellos hombros ligeramente delgados y abrió la boca con un tono atenuado por el caramelo.

—Piensa en la sugerencia que te hice antes en el avión.

Donghyuck giró la cabeza al oír aquellas palabras. Mark siguió murmurando, sin dejar de morder el caramelo.

—No me malinterpretes, no te estoy pidiendo que te acuestes conmigo. No tengo tanta hambre como para aferrarme a alguien que no me gusta. Hay bastantes omegas atractivos en el mundo, no sólo tú.

'¿Eso significa que soy atractivo?'

Si Donghyuck tuviera la misma personalidad que aquel tipo, se habría mostrado muy pegajoso al respecto, pero se limitó a asentir. Mark sonrió en silencio al ver una expresión de aceptación.

—Te digo que el mero hecho de estar conmigo te ayudará mucho. Básicamente, las pseudoferomonas prescritas son menos efectivas que la media. Hay omegas que se sienten incómodos cuando se exponen a feromonas de predominio alfa. Pero tú y yo tenemos buena armonía, así que todo irá bien. Lo sé.

Mark  se acercó un paso más a Donghyuck y se quitó el caramelo de la boca.

—Sólo di que sí.

De todos modos, ahora no hay nada de qué preocuparse. Mintieron diciendo que eran amantes. Mark susurró en voz baja, y Donghyuck se mordió suavemente los labios.

—Ayudar a los demás no es tan sencillo. Si haces lo que dices, ¿De qué te servirá?

—Bueno, ¿Diversión?