— ¡Lo juro! No bromeo —Dijo mi madre tratando de no subir mucho la voz— Hace unos días lo confirmé —.
Me quede quieta sin hacer ruido ya que no quería ser descubierta.
— Aún no se lo digo amor, tengo que esperar hasta que regrese de la luna de miel —Volteó a su alrededor para asegurarse que nadie estaba cerca y continuó hablando—.
— ¿Que demonios? —Dije en voz baja acercándome un poco más para poder escuchar bien la conversación—.
— No, no sospechará de nosotros —Se levantó del sillón donde estaba y caminó unos pasos hacia la salida, su vestido blanco ajustado se movía en sintonía con ella— Tom estará fascinado con la noticia de ser padre—.
Sentí como mis manos empezaban a sudar y mi boca se quedaba abierta de la impresión.
— Ya quiero verte, no puedo esperar para celebrar juntos la noticia —Su voz parecía la de una niña emocionada por recibir un juguete—.
—Tengo que irme —Dijo cambiando el celular de una mano a otra— Debo volver antes de que me extrañen demasiado allá dentro—.
No puede ser verdad. No. Puede. Ser. Verdad. Mi madre está embarazada. Está embarazada. Lo sabia, había algo raro aquí desde el principio. Pero entonces ¿para que carajos se casó con él? ¿Por que perder el tiempo con alguien más teniendo a alguien tan bueno como Tom? Debí insistir en que no era buena idea casarse tan pronto.
Espere un momento hasta que finalmente mi madre colgó la llamada y entró de nuevo a la fiesta como si nada hubiera pasado.
Salí de mi escondite con ganas de vomitar, el asco que sentía hacia mi madre y esta situación me hacía querer gritarle y exigirle que me explicara que fue lo que hizo.
Regresé a mi mesa donde ya estaba Matt esperándome y me senté en silencio.
— Aquí estás guapa —Me dio un beso corto a lo que yo apenas pude reaccionar, le sonreí a medias y tomó mi mano izquierda entrelazándola con la suya— ¿Ya te había dicho que me encanta ese vestido? —.
— Si Matt —Mi vista se posó sobre mi madre quien hablaba tan cómodamente con Tom ignorando el hecho de todo lo que dijo antes— Gracias—.
— Hey ¿que pasa? —Me miró haciendo pucheros con el labio inferior—.
— Nada, solo estoy cansada —Dije fastidiada recargando mi cabeza en su hombro— Ha sido un día muy pesado —.
— Si quieres nos vamos Liv, puedo decirle a tú madre que no te sientes bien —.
— No no no, estoy bien Matt —Le regalé una pequeña sonrisa— Se vería muy mal que me vaya antes siendo hija de la novia, ¿no crees?
Lo pensó un segundo y se encogió de hombros.
— Solo decía, tal vez podría ayudarte a que se te pase el estrés —Dijo coqueto guiñando un ojo—.
— ¡Matt! —No pude evitar reírme, de no ser por lo ocurrido, habría accedido a su propuesta—.
La boda continuó tranquila pero mis pensamientos no me dejaban en paz. Me sentía tan mal por Tom que hasta quería llorar, juro que lo pensé y lo pensé mil veces hasta que decidí que probablemente lo mejor sería callarme. Es a mi madre quien corresponde decirle la verdad.
— Liv, Liv ¿que dices? —Volví a la realidad parpadeando repetidas veces con Matt frente a mi moviendo su mano de un lado a otro—.
— Lo siento, ¿que decías? —Dije sin mostrar emoción alguna—.
— Tu madre dijo que nos podíamos adelantar, solo se quedarán unos minutos más —La boda había terminado en un abrir y cerrar de ojos—.
— Claro iré a despedirme, espérame un segundo —Le mandé un guiño mientras me alejaba—.
Caminé atravesando el gran salón topándome con una vieja amiga de mi madre. La conocía desde que era una niña, desde jóvenes eran inseparables según ellas contaban. Le di un abrazo diciéndole que estaba feliz de verla de nuevo y seguí caminando hasta que los vi.
— Liv, cariño aquí estas —Me sonrió tomándome de las manos— Lo siento si no estuve muy pendiente de ti, esto de casarse es mucho trabajo —.
— Descuida mamá, es su fiesta así que tienen que disfrutar —Me solté de su agarre y pasé mis manos por el vestido rojo que llevaba— Estuve con Matt, él me llevará a casa y tal vez se quede haciéndome compañía mientras ustedes llegan —.
— Perfecto —Asintió varias veces y miró a su esposo sonriendo—.
No lo digas Liv. No lo digas.
— Tom, ¿puedo hablar contigo un segundo? —Hablé sin pensar, ya era muy tarde para retractarme, me quedé mirando a ambos armándome de valor—.
— Claro Olivia, dime —Nos alejamos unos pasos para tener algo de privacidad—.
— Yo... —Traté de buscar las palabras correctas pero nada salía de mi boca— No se como decírtelo, yo... —.
De la nada unos brazos me rodearon lentamente formando un abrazo tierno a lo que me sentí como en casa, por mas ridículo que sonara. Jamás había tenido una figura paterna y este abrazo se sentía como el de un padre cuidando a su hija.
Por un momento olvidé cuál era el objetivo de esta platica y correspondí el abrazo hundiendo mi cara en su pecho con unas ganas de llorar inmensas. Se sentía tan bien, no quería despegarme nunca.
— No tienes que decir nada, Olivia —Me dijo aún abrazándome, pasando su mano por mi cabello desde arriba hasta abajo como si lo peinara— Sé que este proceso es difícil para ti y créeme que para mi también. Es la primera vez que hago esto, es totalmente nuevo y no quiero regarla—.
Me di cuenta que definitivamente él no tenía idea que mis palabras no iban por ahí, pero preferí quedarme callada, no podía romperle el corazón justo ahora diciéndole lo que escuché antes.
— Quiero ser un buen ejemplo para ti y créeme que estoy feliz de poder conocerte más, de verdad espero que lleguemos a tener una buena relación —Dijo soltándome poco a poco con su mano aún acariciando mi cabello— No te voy a decepcionar Olivia, ni a ti, ni a tú madre —.
Tenía tanto coraje ante la situación, parecía irreal. De solo pensar en mi madre con alguien más y a parte teniendo un hijo, me daba hasta vergüenza mirarlo a los ojos. No se merece esto.
— Gracias Tom, gracias por querernos tanto y tratarnos tan bien —Le dije soltando una lágrima que caía lento por mi mejilla— No te merecemos —.
— Pero que dices —Soltó una risita moviendo su cabeza diciendo que no— Ustedes son demasiado para mi, mucho más de lo que esperé en una familia —.
Se me derritió el corazón ante sus palabras y a la vez sentí como si me atravesaran una flecha por el pecho. Acercó su mano hasta mi rostro para limpiar mi llanto. Agache la mirada viendo sus zapatos y así lo abracé una última vez en respuesta.
Nos sonreímos y caminamos regresando con mi madre quien se despedía de algunos familiares.
— Nos vemos en casa, Matt me espera —.
— Ten cuidado Liv —Dijo mandándome un beso en el aire— Te vemos en casa —.
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Aquí les dejo el segundo capítulo! Espero lo disfruten.