Narra Tom
Veía como Olivia manejaba con nerviosismo y lentitud por la carretera mientras yo me limitaba a permanecer en silencio junto a ella, ya el ambiente era lo suficientemente incómodo como para hacerlo aún más con algún comentario.
Olivia había insistido en que me sentara de copiloto en el auto a pesar de que le pedí múltiples veces en irme atrás, sin embargo no le importó y aún así me mandó en frente, dejando a Andrew sentado detrás de ella en los asientos traseros, según ella para estar al pendiente mío por si me llegaba a sentir mal, cosa que pareció molestarle a su novio.
La verdad me daba igual lo que él pensara, sabía perfectamente que ella quería estar conmigo y viceversa, así que no me opuse en recibir su ayuda en lo absoluto.
Sería divertido verlo molesto mientras ella me cuidara, que fue otra de las cosas que insistió hacer, ya que no sabíamos nada de Kim desde un par de días.
No había ido a verme al hospital y Olivia solo me dijo lo necesario como para entender que tampoco la había visto, no puedo negar que llegaba a tener un sentimiento triste por el hecho de que no se dignara a aparecer en días pero sinceramente prefería dejar de lado eso y aprovechar el tiempo con Olivia mientras podía.
En cuanto llegamos a la que una vez fue mi casa, sonreí tristemente por volver pero no de la forma en la que me hubiera gustado.
Toda la casa me traía miles de recuerdos que me eran muy difíciles de borrar, y la verdad tampoco quería hacerlo.
— Estoy bien —Le dije por tercera vez a Olivia, quien no dejaba de ayudarme en lo más mínimo a cada paso que daba—.
— Eso dices tú, pero vienes del hospital —Se acercó sonriente junto a mi mientras pasaba mi brazo por detrás de sus hombros para que me recargara en ella— Andrew, ayúdame a subir a Tom a la habitación —.
Mis ojos se encontraron con los de él y pude notar su mirada de desprecio hacia mi, claro que esto sin que Olivia lo notara.
Maldito imbécil.
Se acercó de mala gana e hizo el mismo gesto que ella, ayudándome a subir con cuidado las escaleras para no tropezar.
— ¿Estás cómodo así? —Preguntó una vez que me recosté en la cama, quitándose el cabello de la cara, pasándolo por detrás de su oreja mientras acomodaba una almohada detrás de mi cabeza, para que esta quedara en alto—.
— Si, gracias Olivia —Sonreí a medias mirándola por unos segundos—.
Asintió devolviéndome la sonrisa, comenzando a caminar hacia el otro lado de la cama para quitar unas cuantas prendas que descansaban sobre esta, ocupando la mitad del espacio.
— Voy a traerte tus medicinas y un vaso con agua —.
Andrew solo se quedó de pie junto a la puerta mirando la escena de brazos cruzados, evidentemente molesto con las atenciones que Olivia me daba frente a él, algo en mi cabeza me decía que sospechaba de nosotros por cómo nos miraba pero eso no me quitaba el sueño, a final de cuentas no se equivocaba.
— Bien —Respondí sonriente, mirándole fijamente mientras veía como se sonrojaba, casi parecía que estábamos solos— Gracias linda —.
Abrió los ojos de par en par por el apodo que había salido de mi boca, totalmente sorprendida, seguramente por llamarla así delante de Andrew.
Yo solo reía internamente disfrutando de la situación, viendo como se ponía nerviosa bajando la mirada.
— Ya vuelvo —Su dulce voz inundó mis oídos antes de salir por la puerta, dejándome solo por un momento—.