20.

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— ¿Te gusta? —Preguntó por detrás de mi hombro recargando su barbilla en mi cabeza, mis ojos se llenaron de lágrimas y en cuestión de segundos comencé a llorar— Quería agradecerte de alguna forma que hayas venido conmigo hoy —.

— Me encanta —Dije en un hilo de voz llena de emociones, giré para verlo de frente y lo abracé escondiendo mi cara en su pecho, sentí sus brazos pegándome más a él y cerré los ojos dejándome disfrutar el momento— Gracias Tom es un detalle hermoso, no me lo esperaba —.

— Te mereces lo mejor —Sonreí sin creer que esto estaba pasándome a mi, me acerqué a besarlo sin preocuparme de terceras personas que pudieran vernos ahora éramos sólo él y yo y deseo que así sea siempre—.

Me tomó de la cintura juntándome con su cuerpo y en un movimiento rápido me cargó haciendo que pasara mis piernas al rededor de su cintura para sujetarme, tomé su cabello entre mis dedos y lo jalé suavemente haciéndolo jadear al instante, nos separamos para tomar aire y caminó llevándome a la cama haciendo un lado las cosas que había encima para que pudiera acostarme.

— Quiero que esta noche sea especial para ambos —Dijo con voz ronca haciéndome enloquecer, lo necesito ya—.

— Ya lo es —Lo atraje hacia mi de nuevo sintiendo como sus besos se volvían desesperados, la sensación de estar así con él me recordaba a las veces anteriores donde estuvimos apunto de hacerlo, no pude evitar imaginarlo y hoy estaba más que decidida a que pasara—.

Sus manos recorrían mi figura deshaciéndose de mi ropa y a la vez yo de la suya, mi respiración estaba tan agitada que no podía controlarla menos teniéndolo encima de mi besándome el cuello que por cierto era una de mis debilidades, nos miramos un segundo y sonreímos sabiendo lo que venía.

Rápidamente Tom se bajó de la cama tomando su pantalón en busca de protección, yo sólo lo miraba detenidamente como mordía su labio mientras su cabello se iba hacia delante tapando una parte de su rostro, ¿como puede verse tan sexy haciendo cualquier cosa?

Me miró con el preservativo en la mano y sonrió poniendo una rodilla sobre la cama.

— ¿Lista amor? —Dijo tomándolo entre sus dientes para abrir el empaque antes de ponérselo—.

— Más que lista —Le guiñe el ojo haciendo que sonriera ampliamente, sus ojos se veían casi negros y delataban las ganas que tenía de este momento al igual que yo—.

— Me tienes loco por ti —Sentí de inmediato esa calidez dentro de mi haciéndome cerrar los ojos por la agradable sensación, pasé mis manos por sus brazos que descansaban a los lados de mi cabeza para acariciarlos suavemente de arriba a abajo, me miró jugando con su piercing y se acercó a besarme mordiendo mi labio inferior— Estás preciosa —.

Sonreí avergonzada por el halago lo cual no tenía sentido ya que estaba literalmente desnuda frente a él y no sentía ningún tipo de pena, al contrario, me hacía sentir tan cómoda que podía hacer lo que fuera.

— Papi —Dije con voz entre cortada tomando las sábanas entre mis manos y apretándolas por el sentimiento tan placentero que me provocaba, me miró sonriendo con lujuria relamiendo sus labios antes de acercarse para besarme velozmente—.

— Maldición Olivia —Sonreí sabiendo que decirle así lo provocaba muchísimo y justo eso quería, aumentó el ritmo de sus movimientos en respuesta haciéndome jadear—.

Continuamos perdiéndonos en el momento que había sido de lo más especial, me hizo sentir tan única todo el tiempo y por un segundo me olvidé de todo a nuestro al rededor, solo éramos nosotros.

— ¿Tienes hambre? —Preguntó parándose de la cama, me incorporé un poco asintiendo en su dirección— Llamaré al room service para que nos traigan la cena —.

— Perfecto —Dije buscando mi ropa que no encontraba por ningún lado así que tomé la playera de Tom deslizándola sobre mi cabeza para usarla como un mini vestido mientras él hablaba por teléfono—.

— Listo, la comida ya viene en camino —Dijo sentándose en la mesita prendiendo las velas y abriendo la botella del vino—.

Después de la cena romántica que tuvimos nos fuimos a dormir ya que en la mañana debíamos tomar un vuelo de regreso a casa muy temprano, la verdad no quería aceptar que estás mini vacaciones ya habían terminado y que volveríamos al mundo real donde la situación es distinta.

Tenía un montón de llamadas perdidas de Matt que por supuesto ignoré y muchos mensajes de Lucia preguntando cómo me había ido en Los Ángeles, definitivamente debíamos vernos para contarle todo lo qué pasó porque sé que no se lo espera.

Narra Tom

Dormimos todo el vuelo de regreso descansando al fin después de el estrés que conlleva una pasarela pero aun así me encanta y no quisiera dedicarme a otra cosa.

No lograba sacar de mi mente las imágenes de la noche de ayer con Olivia, llevaba queriéndolo desde la primera vez que nos besamos aunque me cueste admitirlo pero es la verdad, todo fue distinto a partir de ese beso que tanto necesitaba pero no lo sabía y por fin pasó.

Ahora estaba más que convencido de mis sentimientos hacia ella, ya no era solo atracción si no mucho más pero tenía miedo de tomar un paso tan grande a tan sólo unos meses de nuestra pérdida.

Ya encontraré el momento ideal para hablar con ella sobre eso.

Una vez en casa subí a darme un baño porque aún me sentía cansado, luego de un rato me llamaron de la agencia para pedirme que fuera a recoger todas las cosas personales que Heidi había dejado en su oficina, le avise a Olivia que volvería pronto y me dirigí hasta allá.

Llegue saludando a algunas personas del staff viendo cómo en la entrada tenían una clase de mural con la foto de Heidi y todos los demás miembros de aquí que iban en el avión ese día, sonreí triste sintiendo ganas de llorar al verla porque a pesar de todo lo que pasaba ahora con Olivia no quiere decir que me había olvidado de ella y de nuestro matrimonio.

Caminé hasta la oficina tomando todas sus cosas en una caja, fotos, libretas y libros e incluso había maquillaje y poca ropa, lo último que quedaba era una laptop que aun seguía conectada, la abrí para apagarla cuando comenzaron a llegar notificaciones de correos viejos sin abrir una y otra vez. Decidí verlos rápidamente sin tomarles mucha importancia cuando vi que había uno donde decía "Embarazo", lo abrí pensando qué tal vez era de su ginecólogo pero en cambio se trataba de un tipo que no reconocía.

"No puedo esperar para celebrarlo en Milán"

— ¿Que carajos es esto? —Dije en voz baja llevándome la mano a frente— ¿Celebrar que? —.

Fruncí el ceño tratando de buscar una explicación y no satisfecho me puse a revisar más correos provenientes de él encontrándome con cientos de ellos donde claramente estaba pasando algo.

Esto no puede ser verdad.

Había fotos de ambos y mensajes de amor que tenían poco más de seis meses junto con las ecografías del embarazo, cerré los ojos rezando por que esto no significara lo que yo creía.

— No no no no ¡Maldición! —Dije furioso golpeando la pared haciendo que unos cuadros se cayeran— Todo este tiempo me engaño con ese tipo —.

Me puse como loco solo de pensarlo, guardé todo para llevármelo a casa porque aún me faltaba mucho por ver, salí de la oficina queriendo golpear todo lo que se me atravesara, una vez en la salida miré de reojo el mural sintiendo como el corazón me latía a mil por hora del coraje y entonces lo vi, su foto estaba junto a las demás personas que estuvieron en el accidente.

Tienes que estar bromeando.

— Oye Tamara —Dije a la recepcionista que se encontraba en una llamada— ¿Quien es él? —.

— No recuerdo su nombre pero tenia poco trabajando con nosotros —Contestó en voz baja tapando la bocina del teléfono— Era un modelo —.

Por supuesto que si.

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Espero les esta gustando mucho la historia<3

𝒟𝒶𝒹𝒹𝓎  {Tom Kaulitz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora