43.

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— Eso sería todo señorita Klum —Sonrió diciéndome el chico de la agencia mientras me entregaba los papeles del que ahora era mi coche— Acompáñenos por favor para entregarle las llaves —.

— Claro —.

Comencé a caminar detrás de él junto a Tom en silencio, como lo habíamos estado todo este rato desde nuestra conversación anterior en el coche.

"Te vi besándote con alguien más"

No dejaba de darle vueltas a lo mismo por más que quisiera, y aunque intenté explicarme, no me dió la oportunidad, simplemente me ignoró dejándome sola por unos momentos antes de que yo también me bajase del coche.

No quise tocar el tema de nuevo mientras estuviésemos aquí y decidí seguir como si nada por ahora.

Ya habrá tiempo para hablar las cosas.

Mis ojos se encontraron con el vehículo de color hueso que permanecía frente a nosotros, con las luces parpadeantes y un moño rojo gigante sobre el.

— Aquí tiene, es todo suyo —.

Extendió las llaves invitándome a tomarlas lo cual hice sonriendo, sentía que el corazón me latía rápidamente una vez más y comencé a ponerme nerviosa en cuestión de segundos sin razón.

— Felicidades —Habló Tom por primera vez rompiendo el silencio, mirando hacia el auto unos segundos antes de girar su cuerpo en mi dirección, sonriéndome levemente— Te lo mereces —.

Esto es una locura.

No podía evitar sentirme feliz ante la situación pero a la vez sentía que era demasiado, y definitivamente no me lo merecía después de lo que hice.

— No tenías por qué hacerlo, de verdad —Dije en voz baja solo para que nosotros lográramos escuchar, la vergüenza me invadía y me era imposible no desviar la mirada, me sentía diminuta— Debió costar mucho dinero —.

— Eso es lo de menos Olivia —.

Sonrió de nuevo como si todo volviera a ser como antes de que me fuera a Los Ángeles, como si hubiésemos viajado en el pasado y siguiéramos juntos.

De la nada me tomó de la mano dudando por un momento y comenzó a caminar lentamente acercándose al auto para abrir la puerta.

— Anda, sube que tienes que llevártelo a casa —.

Salí de ahí montada en el coche conduciendo despacio, aún me sentía nerviosa ya que solamente había conducido un par de veces en toda mi vida, no estaba del todo confiada y prefería ir a mi paso así evitábamos un descuido de mi parte.

Todo el camino Tom iba delante mío en su coche para que simplemente lo siguiera y así se me hiciera más fácil, lo cual agradecí enormemente, se estaba comportando muy amable conmigo y no es que no me gustase si no que me tomaba por sorpresa.

En cuando llegamos, estacioné el coche justo frente a casa viendo como Tom hacía lo mismo pero esta vez detrás mío, tomé las llaves y mi bolso dispuesta a salir en cuanto la puerta se abrió antes de que yo lo hiciera.

— Gracias —Dije saliendo mientras veía como Tom sostenía la puerta para mi— Aun no puedo creer que sea mío —.

Me giré viendo hacia el coche, pasando la mano por encima de mi frente para taparme un poco del sol.

— Es precioso —.

Sonreí con los ojos cerrados por un segundo sumergida en mis pensamientos, cuando sentí unos pasos detrás mío.

Volteé antes de que siquiera pudiera pensarlo, encontrándome con su rostro mirándome fijamente muy cerca del mío.

— Tom —.

𝒟𝒶𝒹𝒹𝓎  {Tom Kaulitz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora