50.

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Pasé mis dedos entre mi cabello suavemente peinándolo, trataba de disimular un poco los rizos que me acababa de hacer para que lucieran lo mas naturales posible y no pareciera que me lleve horas haciéndolos.

Me miré una última vez en el espejo corroborando que mi atuendo fuera el adecuado para la ocasión y efectivamente lo era.

Tom me llevaría a comer a un lugar muy lindo donde tenía una vista hermosa hacia un lago luego de que regresara de hablar con Kim en su casa, para ir a celebrar que por fin estuviésemos juntos de nuevo luego de tanto tiempo.

Llevaba un vestido blanco de vuelo midi con flores pequeñas color rosa por todas partes y un par de moños delgados sobre cada uno de mis hombros sujetando los tirantes de este.

Sonreí satisfecha pasando mis manos por encima de la suave tela y me acerqué al joyero que tenía sobre el vanity buscando un par de artes pequeños junto al collar para hacer juego, me apliqué un poco de perfume para finalizar y tomé las sandalias que usaría antes de bajar para ponérmelas al salir.

Luego de unos minutos de esperar en la sala, escuché como un auto se estacionó fuera seguido de un portazo, sonreí dejando mi celular de lado sobre el sillón, levantándome para recibirlo.

Di un par de pasos sintiéndome nerviosa por saber que me diría pero sin dejar de pensar en lo entusiasmada que estaba, tragué saliva viendo como la puerta se abría de golpe frente a mi haciendo que me detuviera al instante.

— Ya estoy lista, solo me falta tomar mi bolso y podremos irnos —Dije antes de acercarme al recibidor donde tenía mis cosas—.

Tom entró cerrando la puerta tras de él antes de que sus ojos se encontraran con los míos, su mirada era completamente apagada e indiferente y sin brillo, su mandíbula tensa y su ceño fruncido me hizo sentir como un bicho a punto de ser aplastado.

— ¿Qué pasa? —Pregunté en un hilo de voz acercándome unos cuantos pasos hacia él—.

De inmediato retrocedió cerrando los ojos, tomándome por sorpresa su rechazo lo cual era totalmente extraño viniendo de él, sobretodo luego de estos últimos días.

— No iremos a ningún lado —Dijo amargamente mientras negaba viendo la alfombra que descansaba en el suelo—.

— De acuerdo —Contesté pensando en que tal vez la plática con Kim había ido mal y por eso actuaba de esa forma, a final de cuentas no dudaría que le montara un gran escándalo luego de que confesarle que estaríamos juntos— Si quieres podemos comer aquí, te puedo preparar lo que tu quie... —.

— Kim está embarazada —.

Me interrumpió dejándome completamente helada ante sus palabras, sentía como un mar de sentimientos encontrados se apoderaban de mi tratando de procesar la noticia, que honestamente era lo que menos me esperaba que dijera.

— Y voy a volver con ella para hacerme cargo del bebé —Añadió con algo de tristeza en su voz sin ser demasiado obvio, como si no quisiera demostrar que le dolía—.

En cuestión de segundos toda mi felicidad y emoción que tenía guardada se esfumaron dejándome completamente rota y vacía por dentro.

Las lágrimas en mis ojos rápido se hicieron presentes y no pude evitar dejarlas caer sin importarme mostrarme débil frente a él.

Miles de recuerdos me invadieron sobre todas aquellas noches que estuve sin dormir luego de que me dijo exactamente lo mismo cuando escogió a mi madre en vez de a mi y ahora se volvía a repetir.

De nuevo me dejaba por alguien más.

De nuevo estaría sola.

Ambos nos quedamos en silencio por lo que parecieron horas sin siquiera movernos de lugar, solo sentía como mi respiración se volvía más acelerada y mi corazón parecía querer salirse.

𝒟𝒶𝒹𝒹𝓎  {Tom Kaulitz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora