Empujé la puerta con la maleta abriéndome paso dentro de casa luego de un muy pesado vuelo de regreso, todo el tiempo estuve pensando en ella y en lo decepcionado que me sentía pero aunque me duela ya no hay marcha atrás, lo echo, echo está y tal vez así debe ser.
Cada quien por lados distintos.
Caminé unos pasos hasta la sala dejando mi equipaje de lado donde no pudiera estorbar a la vez que sacaba mi celular del bolsillo y me quitaba las gafas de sol para dejarlas sobre una mesita junto a los sillones.
— ¿Te ofrezco algo? —Pregunté mientras me acercaba a la cocina para abrir uno de los gabinetes en busca de vasos— Un vaso con agua, un café, lo que quieras —.
— Agua está bien —Contestó Lucia siguiéndome detrás a paso lento, asentí sacando la jarra con agua del refrigerador vertiendo un poco en ambos vasos— Gracias —.
Me senté en la barra frente a ella sin decir nada más mientras bebía el agua fresca sintiendo como pasaba por mi garganta dejando la sensación de frío por unos segundos, la verdad no tenía ganas de hablar, solo quería irme a dormir y olvidar el día de ayer, honestamente no tenía ánimos para nada más.
Mi mirada permaneció en un punto fijo en el tiempo que tarde en dejar vacío el vaso, me levanté para dejarlo en el fregadero y luego de unos segundos Lucia habló rompiendo el silencio.
— ¿Seguro que estarás bien? Si quieres puedo hablar con Liv a ver si... —.
— No es necesario —Hablé interrumpiéndola antes de que terminara de decir la frase, no quería que le dijera nada a Olivia de lo qué pasó—.
— Tom —.
Salí de la cocina dirigiéndome a la sala de nuevo mientras que escuchaba sus pasos acercándose a mi.
— Tom solo quiero ayudarte —Dijo cruzándose de brazos frente a mi a lo que yo la miré frunciendo el ceño negando con la cabeza suavemente—.
— Lo entiendo y gracias pero no necesito tu ayuda, no hay nada que puedas hacer para que me sienta mejor —Me di la vuelta dándole la espalda tomando mi celular y las gafas mientras pensaba que no debí invitarla a pasar— Ahora si me disculpas ya quiero subir a descansar —.
No obtuve respuesta lo que me hizo rodar los ojos, que estupidez, no pienso discutir con ella solo quiero que se vaya y que me deje tranquilo.
Giré mi cuerpo notando que estaba muy cerca de mi, demasiado diría yo, la miré arqueando una ceja y en cuanto me moví hacia un lado ella hizo lo mismo impidiéndome que pudiera pasar.
— Muévete —Dije comenzando a enojarme dando un paso de lado pero otra vez se paró frente a mi cruzada de brazos, suspiré desviando mi mirada hacia arriba cerrando los ojos ya desesperado— ¿Qué es lo que quieres? —.
Sus ojos pasaron de mirar los míos a mirar mis labios y en cuestión de segundos se abalanzó sobre mi besándome antes de que yo si quiera lo pudiera procesar, sus manos me tomaron por el cuello atrayéndome más a ella como si llevase años necesitando esto, y sus besos se sentían desesperados a la vez que parecía que lo hacía con coraje.
Esto no está bien.
Tomé sus hombros con mis manos empujándola suavemente hacia atrás tratando de deshacer su agarre mientras me separaba de ella terminando el beso.
— No puedo hacer esto —Dije negando repetidas veces haciéndome para atrás pasando la mano por mi cabello para quitar algunos mechones que descansaban sobre mi cara— Es mejor que te vayas —.
Me miró fijamente con la respiración agitada y como si no me hubiera escuchado, dio unos pasos hacia el frente acercándose nuevamente para besarme.
— Ya basta —La tome de las muñecas con fuerza haciéndola detenerse al instante— ¿Te das cuenta lo qué haces? —.