Todo el camino hacia el aeropuerto me dediqué a llorar en silencio mientras miraba por la ventana hundiéndome en mi propia tristeza, que por más que me costaba, me negaba a seguir sintiendo.
Trataba con todas mis fuerzas de verle el lado positivo al asunto pero me era imposible, pensé que podría hacerme la fuerte aunque fuera por un momento pero sólo lo conseguí delante de mi abuela y de Lucia ya que a decir verdad sabía que estando a solas me derrumbaría sin pensarlo.
Cuando estábamos llegando comenzó a llover fuertísimo tanto que casi no se podía ver nada de la carretera.
Pareciera como si el cielo estuviera compartiendo mi tristeza.
Bajé del auto con una sombrilla en la mano y con mi maleta en la otra literalmente arrastrándome hacia adentro, mi abuela caminaba más delante dejándome atrás como si no viniéramos juntas.
— Maldición —.
Dirigí la mirada hacia mis zapatillas que estaban llenas de agua junto con la parte baja de mis jeans haciendo que se viera de un tono más oscuro por la tela mojada, las sacudí un poco en cuando estuve bajo techo para no resbalarme al entrar.
No pude evitar recordar a mamá en cuanto puse un pie dentro del aeropuerto, inmediatamente los flashbacks del día que ocurrió el accidente y estuvimos aquí por horas esperando información se apoderaron de mi mente haciendo que me pusiera sentimental, la extraño mucho.
Esto no estaría pasando si mamá siguiera aquí.
— Liv —Escuché la voz de mi abuela llamándome mientras continuaba viendo todo a mi alrededor— ¿Escuchaste lo que dije? —.
Me miraba con el ceño fruncido como si estuviese fastidiada.
— No, lo siento —Dije parpadeando un par de veces concentrándome de nuevo— ¿Qué pasa? —.
— Que al parecer nuestro vuelo está retrasado por las fuertes lluvias —Bufó dirigiéndose hacia uno de los asientos disponibles que se encontraban ahí cerca para dejar sus maletas—.
— Bien —Contesté sin más tomando asiento junto con ella—.
Durante todo el rato mi mente no paraba de darle vueltas a lo mismo.
Tom.
Narra Tom
Conducí a prisa por la autopista acelerando lo más que las velocidades me permitían pero a causa de la lluvia no podía tomar el riesgo de demorarme más por chocar contra algo así que aunque no quisiera tuve que ir un poco más despacio, y es que no quería que fuera demasiado tarde para cuando llegara al aeropuerto.
Tengo que verla.
Cuando por fin crucé bajo el letrero que me indicaba que ya había llegado, de inmediato paré el coche en el primer lugar que encontré vacío del estacionamiento y sin pensarlo dos veces bajé corriendo hacia dentro olvidándome de la lluvia que me dejó escurriendo en cuestión de segundos.
Mis ojos volteaban a todos lados desesperadamente buscándola, pero claro, había demasiadas personas dentro caminando de un lado a otro haciéndome imposible encontrarla con solo quedarme parado en la entrada.
Me sentía con las manos atadas mientras me habría paso entre la gente a ver si así la encontraba más fácil pero era inútil, solo lograba confundirme más.
— ¿Donde estás Olivia? —Dije comenzando a desesperarme tratando de ser positivo y de no pensar en qué tal ves era demasiado tarde y ya no estaba—.
Luego de unos minutos decidí rendirme y me acerqué a preguntarle a una señorita que parecía trabajar aquí algún tipo de información sobre el vuelo.