6. 

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Terminé de vestirme después de pensar por casi hora una que ropa usar, Tom había dicho que iríamos a un restaurante italiano que apenas habían inaugurado hace una semana, no estaba segura si el ambiente sería elegante por lo que opté en usar un vestido midi negro y unos tacones bajos del mismo color.

Acomodé todo mi cabello para un lado descansando en mi hombro, agregué unos aretes dorados y unos cuantos anillos adornando mis dedos.

Usé un poco de maquillaje solo para no verme tan pálida y finalice aplicando perfume con aroma de vainilla.

Mi madre me había llamado tiempo después de irse para avisarme que no volvería a casa temprano ya que tenía muchos diseños pendientes de terminar, así que le comenté que saldría con Tom a cenar lo cual la dejó tranquila deseándome que la pasáramos bien.

— ¡Olivia, ya es hora de irnos! —Escuché a Tom llamándome desde abajo—.

— ¡Ahora bajo! —Respondí buscando mi celular para guardarlo en el bolso junto con un gloss para ponérmelo en el auto—.

Me acerqué rápido bajando las escaleras para encontrarlo ahí junto a la puerta vistiendo de negro con una mano en el bolsillo y con la otra mirando el celular.

Caminaba de un lado a otro casi desesperado lo que me causó risa y ternura a la vez. 

— ¿Nos vamos? —Dije aclarando mi garganta para que notara mi presencia—.

Me miró detenidamente como si me analizara y luego de unos segundos sonrió mostrando sus dientes.

— Te ves muy bella —Me halagó haciendo que me pusiera nerviosa por lo que sonreí llevando mis brazos atrás de mi espalda juntando las manos—.

— Gracias, tu también te ves muy bien —Dije poniendo mi bolso en el hombro—.

— Después de ti —Me abrió paso por la entrada principal caminando detrás de mi una vez que ya estábamos fuera—.

Como todo un caballero abrió la puerta del copiloto para que pudiera subir, rodeó el coche por enfrente subiendo ahora él a su asiento. Encendió el motor y una vez listos nos dirigimos hacia el lugar.

El camino fue algo largo ya que quedaba a las afueras de la ciudad, así que me recargue en la ventana disfrutando de la vista nocturna mientras la radio sonaba.

Llegamos al restaurante y de inmediato se nos acercó el personal del valet parking abriéndonos las puertas, bajé del coche quedando impresionada con lo hermoso que lucía todo.

— Señorita —Me dijo Tom parándose junto a mi y me tendió su brazo el cual acepté para así entrar—.

Nos indicaron cuál sería nuestra mesa de acuerdo a la reservación previa, estaba en una orilla con una vela en medio iluminando lo suficiente ya que el lugar no tenía tanta luz, tomamos asiento uno frente a otro y luego de pedir las bebidas, Tom quiso que probáramos una pasta y una pizza que se oían bastante bien en el menú.

— En un momento sale su comida —Avisó el mesero que nos atendería esta noche dejándonos solos—.

— ¿Que te parece? —Me dijo recargando sus codos sobre la mesa acercándose hacia delante— ¿Te gusta el lugar? —.

— Es muy bonito y elegante —Solté una risita nerviosa viendo a mi al rededor agradecida internamente por la elección de atuendo que llevaba—.

— Sabía que te gustaría —Me sonrió tomando la copa de vino que antes nos habían traído—.

Me limite a sonreír sacando mi celular para ver si no tenía algún mensaje, no había hablado con Matt desde la fiesta y no se si estaba molesto o no, no era normal que pasáramos tantos días sin llamarnos o sin vernos por lo que decidí tomar la iniciativa y mandarle un mensaje.

𝒟𝒶𝒹𝒹𝓎  {Tom Kaulitz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora