Luego de una incómoda cena con Andrew, donde prácticamente estuvimos en silencio, solo escuchando el sonido de los cubiertos chocando con los platos, recogí todo y subí una vez más hacia la habitación con Tom para darle sus medicamentos de la noche antes de que durmiera, dejándolo solo para que pudiese descansar.
Andrew fingía totalmente que Tom estaba y la verdad ya me tenía muy irritada, no lograba entender por qué actuaba de esa forma tan arrogante si él no es así.
Y no se por cuantos días más se quedaría en casa pero si sigue de esa manera, solo hará que me estrese.
— ¿Quieres que veamos una película? —Preguntó Andrew desde la sala, sentado en el sillón frente al televisor mientras yo bajaba la escalera—.
— No gracias —Respondí pasando de lado hacia la cocina, lo que quería era estar sola—.
Rápido escuché sus pasos detrás de mi alcanzándome en segundos, sentí su mano tomando mi muñeca haciéndome voltear de inmediato a verlo mientras que con la otra mano me tomaba de la cintura acercándome a él.
— ¿Qué haces? —Cuestioné nerviosa tragando saliva, teniéndolo a escasos centímetros de distancia, con su respiración chocando con la mía—.
— Nada que no haya hecho antes —Susurró pegando su frente con la mía, provocando que mi piel se erizara en automático—.
— Andrew yo... —.
Lo siguiente que sentí fueron sus labios sobre los míos interrumpiendo mis palabras, moviéndose con desesperación mientras escuchaba como soltaba un par de gemidos ahogados.
— Espera —Dije entre besos tratando de empujarlo suave sin llegar a ser muy brusca—.
No me sentía cómoda en lo absoluto siendo sincera, tenía mi mente llena de emociones mezcladas por todas partes y en lo último que pensaba era en estar con él de esta manera.
Su agarre se hizo más fuerte haciendo que me fuera imposible separarme, comencé a desesperarme sintiéndome completamente ignorada mientras que mis manos luchaban empujándole con fuerza pero era en vano, me tenía atrapada.
— Suéltame —.
Intenté sonar demandante pero mi voz me traicionó de inmediato quebrándose al final, sentía las lágrimas amenazantes con salir a la vez que mi cuerpo se debilitaba poco a poco, comenzado a temblar por lo nerviosa y asustada que me encontraba.
Sus manos no dejaban de tocar mi cuerpo descaradamente ignorando por completo mi intento de zafarme, jamás había visto este tipo de comportamiento en él, siempre actuó tan lindo y respetuoso conmigo que me costaba creer que él era quien hacía esto.
Las imágenes de aquella noche con Matt llenaron mi mente haciéndome recordar ese momento tan traumático, donde justamente comenzó de la misma manera que ahora pasaba pero esta vez con Andrew y me negaba a aceptar que pudiera llegar a hacer algo así, que tuviese que pasar por lo mismo una vez más.
— ¡Dije que me sueltes! —Grité llena de lágrimas con toda la fuerza que pude logrando que se separara de mi, retrocedió unos cuantos pasos creando una distancia considerable entre nosotros mientras me miraba completamente fuera de si mismo, como si por un instante hubiese olvidado que pasó—.
Su pecho subía y bajaba bruscamente por la respiración tan agitada que tenía, sus ojos estaban llenos de angustia mirándome en silencio mientras que yo no sabía ni qué hacer.
Soltó un suspiro luego de unos minutos, comenzando a caminar hacia mi lentamente, haciendo que todo mi cuerpo se tensara de solo pensar en que quisiera lastimarme.
