Los días en Brasilia ya iban terminando, sólo faltaba una semana, todos los chicos tendrían que disfrutar estos últimos días.
Hoy saldrían a evangelizar en las calles. Todos se preparaban para ir a y hablar de la Palabra de Dios.
En la habitación de las chicas, hacía falta ver a Kelly, no la habían podido llamar por que estaban ocupados en las diferentes actividades.
Hoy todos ya estaban listos para salir a buscar almas para Cristo.
Se montaron en el autobús y se fueron a uno de los barrios de Brasilia a buscar personas necesitadas del poder del Evangelio.
Adam encontró una nena que estaba en una esquina, la niña temblaba, estaba pálida, asustada, no tenía mucha ropa, estaba sólo con la ropa interior, tenía aproximadamente unos 6 o 7 años.
Cuando Adam se acercó, la niña empezó a temblar, cerró los ojos esperando lo peor.
-Tranquila, no te voy a hacer nada- dijo Adam sin dar un paso más, sabía que esa niña estaba aterrada.
Tiffany iba pasando por ahí, Adam la tomó del brazo.
-Ayudame a ayudarla, quizás con vos tenga más confianza, está con miedo.- dijo viendo a la niña.
-pobrecita- dijo Tiffi - bueno déjemela a mi.
Tiffi se acercó a la niña.
-Hola, Dios te bendiga, soy Tiffany, pero me puedes llamar Tiffi ¿Cómo te llamas tú?- dijo Tiffany hablando en portugués
La niña no decía nada, Tiffany la observó bien y vio que tenía moratones por todo el cuerpo.
Adam no se había ido, estaba orando por esa niña desde el lugar donde estaba.
- Te hicieron daño ¿verdad?
La niña asintió.
-Deme su chaqueta- dijo Tiffany al hermano Adam.
Adam se sacó la chaqueta y se la dió.
- ¿me permites ponerte está chaqueta?- la niña asintió.
Tiffany le puso la chaqueta.
- ¿Me dejas darte un abrazo y orar por ti?
La niña volvió a asentir.
Tiffany la abrazó y empezó a orar.
Mientras oraban la niña empezó a llorar, Tiffany no la soltó, la abrazaba con mucho amor, más que lastima era el amor de Cristo y ese amor es suficiente para sanar la herida mas profunda.
-¿Quieres venir conmigo?- preguntó a la niña.
La niña solo asintió
****
Mas allá estaba Hellen y Jireh le hablaban de la salvación a una señora que tenía una lata de cerveza en la mano.
Cuando Hellen hablaba Jireh le traducía.
La señora estaba molesta.
- No saben de lo que hablan - dijo con arrogancia- Cristo no me va a sacar de los problemas que tengo, ir a una Iglesia no me a librar del infierno que ya vivo. No me afectaría ir al infierno, ya vivo uno así que no creo que sea peor.
tomó un sorbo de cerveza y continuó
- Ustedes deberían de disfrutar la vida, salir con sus amigos, tener novio, ir a fiestas. Ahí en esa Iglesia están perdiendo su tiempo, estan perdiendo su vida.
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EL CUARTO DE LOS SUEÑOS (Trilogía) [Los Sueños De Dios]
Teen FictionTrilogía: Los Sueños De Dios Libro I ☆ ☆ ☆ José es un adolescente de 17 años. Sus padres lo enviarán a vivir con su tía, lejos de su país. Haci...