» ¿Qué es lo que pasa cuando te armas de valor y te decides a conquistar a la Alfa más popular y sarcástica de todo Hastings? «
Melanie Dashton tenía algo claro en la vida; ser silenciosa, prudente y no enamorarse de la persona incorrecta.
Pero la...
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—Ya checamos en todo el salón y no hay rastros de ella —dije un tanto desanimada.
—Tiene que aparecer —dijo Geraldine.
—Espera un jodido momento... —hablé un momento después, dándome cuenta de un detalle que había dejado pasar—. ¿Tú no viste a la chica?
—Solo ví que tenía el cabello rubio —respondió. —Pero será difícil encontrarla dado a que hay muchas chicas rubias.
—No, no será difícil —le dije llena de convicción. —Solo una rubia puede oler a fresas.
—Qué astuta.
Sonreí plenamente.
—Pero en serio, quien lo diría —dijo Geraldine un tanto burlesca—. Rodríguez, ¿tragada? Ni te reconozco.
—¿Te estás burlando de mi, Smithers? —pregunté en un tono de broma.
Y sin más, se echó a reír sacándome una pequeña sonrisa.
Geraldine y yo hemos tenido varios encuentros casuales que terminaron en relaciones sexuales, pero la consideraba más una amiga que una amiga con derechos.
—Bueno, debo ir al baño —le dije.
—No tardes.
Azote la puerta y después caminé absorta en mis pensamientos, hasta que llegue al baño, y tras entrar olí a fresas. Hecho que no lo pude creer. Ya sea obra del destino, o que sé yo, me acerque más al olor. Pero más fue mi decepción al darme cuenta de que eran residuos.
Solo eran los restos del aroma que desprendió aquella chica...
Joder...
Creí que ya la había encontrado...
Desmotivada, entre a un cúbico y posteriormente termine y salí del baño. Me lave las manos con jabón, y un instante después salí del baño. ¿Dónde estará?
—Rodriguez te estaba buscando —dijo Logan, quien había aparecido de la nada.
—¿Qué necesitas Logan? —espeté. La verdad es que tenía prisa, quería ver si podía encontrar el rastro del aroma.
—Tu casa —respondió yendo directo al grano. —Escucha, mis viejos ya regresaron del viaje y entonces la fiesta se fue al carajo. Necesito que me des tu casa.
—No será posible —le dije.
—Venga, anímate. ¿Qué diablos pasó con la Rodríguez que conozco que hace fiestas todos los días?
—No me apetece tener una fiesta hoy, es todo Logan.
