CATORCE

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Mario

Detengo el coche en el aparcamiento, mi hermano se baja de un salto. Subimos las escaleras del carguero, mis hombres se echan a un lado cuando nos ven. No sé qué voy a hacer con Ramírez, pero esta noche va a hablar, quiero saber dónde se está escondiendo el perro de su hijo. Hugo se encuentra con nosotros a mitad de camino.

—¿Ha dicho algo?— le pregunto.

—Nada, está más callado que un muerto.

—Tendré que ocuparme de él.

—¿Me dejas ayudar?— me pregunta mi hermano— Yo también quiero divertirme.

—Cuando yo acabe— gruño.

Hugo abre la puerta de la habitación, Ramírez está atado a una silla. Tiene un ojo morado y sangre seca en el labio, no es nada comparado con lo que le voy a hacer.

—¿Sabes por qué estás aquí?— le pregunto.

—Mi familia y yo no hemos hecho nada.

—¿El Perro no es tu familia?

—No llames así a mi hijo.

—¿Perdona? ¿Me estás dando una orden?

Le doy una bofetada en la cara, luego lo garro por la mandíbula apretando tan fuerte hasta que mis nudillos se ponen blancos.

—¿Me has dado una orden?— escupo.

—N—No— responde asustado— Rey, por favor, no me hagas daño, tengo que cuidar de mi esposa y mi hija.

—Dime dónde está El Perro.

—No lo sé, no sé nada de mi hijo desde hace semanas.

—¿Sabes lo que ha hecho?

—No.

—Intentó robarme, nadie me roba. ¡Nadie me quita a mi mujer! ¡Es mía!

Le doy una patada en el pecho con la planta del zapato, cae hacia atrás golpeándose duro contra el suelo. Me subo a horcajadas encima de él y empiezo a golpearlo en la cara con mi puño, cuando me he cansado, ya tengo los nudillos sangrando por la fuerza que he usado. Le aprieto la garganta con mi mano.

—Quien toque a La Reina muere— escupo.

Lo levanto del suelo, su cabeza cae hacia adelante. Extiendo la mano hacia mi hermano, él me entrega mi cuchillo favorito, el del filo de diamante. Lo deslizo por la mejilla de Ramírez.

—Por favor— suplica.

—Dime dónde está y todo esto acabará.

—No lo sé, hace semanas que no hablo con él.

—Ahora eres tú, mañana podría ser tu esposa quien esté aquí sentada o quizás tu hija.

Niega con la cabeza.

—No lo sé— llora— No sé dónde está Luis, le dije que esa...

Le clavo la punta del cuchillo en el pómulo, se calla inmediatamente.

—Cuidado con lo que dices de mi mujer— gruño.

—Le dije que esa mujer no era para él.

—Tu familia la despreció por ser pobre, os creísteis de alta alcurnia y no sois nada. Ahora ella es La Reina, ella tiene tanto dinero que podría destruir millones y seguir siendo la jodida Reina.

—Lo siento— solloza.

—¿Sabes lo que tu hijo le ha estado haciendo durante meses?

—No...

EL REY #1 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora