VEINTISIETE

5K 338 13
                                    

Mario

Mi esposa sale de la clínica de James con una sonrisa enorme. Hay algo que no me está diciendo, ya se lo sacaré, voy a averiguar qué es lo que Me está ocultando con tanto celo. Ni siquiera me ha dejado acompañarla a la consulta. Se sube al coche en silencio.

—¿No me vas a contar lo que te ha dicho James?

Me mira con el ceño fruncido.

—James no me ha contado nada— dice.

—¿Entonces por qué parece que me estás ocultando algo?

—No te oculto nada paranoico.

—Ya lo averiguaré, Sofía, no hay nada que puedas ocultarme.

Llegamos al aeropuerto entre nubes y tormentas, la lluvia amenaza con caer e interrumpir nuestro vuelo. Cojo a mi hija de su silla y salgo del coche, luego tomo a mi esposa de la mano para subir al avión.

—¿Puedo servirles algo?— nos pregunta La azafata.

—Un vaso de whisky— contesto.

—Zumo para mí.

—¿De naranja está bien señora Reyes?

Mi esposa asiente con una sonrisa. Luna empieza a gimotear, mi esposa me la quita de los brazos.

—Yo también puedo darle de comer— protesto.

—La has tenido toda la mañana, me toca a mí un rato, pelado.

Saco el biberón del bolso, me levanto y voy hacia la cocina en la parte delantera del avión.

—Señor Reyes, me ha asustado— dice la azafata.

—Lo siento, no era mi intención.

—¿Necesita que caliente la leche de su hija?

—No te preocupes, puedo hacerlo yo mismo.

—Por supuesto.

Meto el biberón en el microondas y lo programo dos minutos, la azafata se acerca a mí con disimulo, roza su brazo con el mío mientras prepara las bebidas que le hemos ordenado.

—Te voy a avisar para que no te tome por sorpresa— le digo— Si mi esposa te ve tan cerca de mí te va a arrancar los ojos y no estoy hablando de forma figurada, lo hará sin pensarlo dos veces. Aléjate y no vuelvas a acercarte de esa forma, lo que pasara entre nosotros quedó en el pasado, no voy a engañar a la mujer que amo, ni por ti, ni por nadie.

Saco el biberón del microondas, la azafata agacha la cabeza avergonzada y se marcha a la cabina. Compruebo que la leche no esté muy caliente mientras vuelvo con mi esposa, ella me mira confundida, me siento frente a ella a la vez que me sigue con la mirada.

—¿Por qué has tardado?— me pregunta.

—Sofía, he tardado dos minutos exactamente, el tiempo que ha estado el biberón en el microondas.

—¿Y por qué la azafata no me habla ni me mira?

—No le hagas caso.

—Mario— advierte.

Suspiro, le entrego el biberón a mi mujer.

—Ya sabes que antes de conocerte estuve con muchas mujeres, la azafata fue una de ellas.

La ira cruza por el rostro de mi esposa.

—¿Ha intentado algo?— gruñe.

—Sí, pero le he dejado las cosas claras.

EL REY #1 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora