Sofía
Acuno a mi bebé en mis brazos, duerme como un angelito, eso es lo que es, un ángel. Mi madre acaricia su cabeza con cuidado, hemos pasado mucho tiempo juntas, me ha ayudado con mi niña cuando Mario tenía que ir a trabajar.
—Es hermosa, hija.
—Lo es, má. Es la más hermosa del mundo.
Mi madre sonríe. Mi esposo entra en casa gritando y maldiciendo, Luna comienza a llorar.
—Mira lo que has hecho— lo regaño— La has despertado con tus gritos, mala bestia.
Mario se agacha junto a nosotras, le da un beso en la frente a nuestra hija.
—Perdóname, mamita, papá no quería asustarte— le dice.
La toma de mis brazos, ella se tranquiliza mientras él la mece. Los observo como una boba, me encanta ver cómo cuida a nuestra hija, parece tan pequeña en los grandes brazos de su padre.
—Ya, mamita, papá es un bruto, ya te acostumbrarás.
Mi madre se ríe.
—Quizás ella sea como tú— le dice.
Mi esposo niega con la cabeza.
—Mi niña va a ser una señorita de bien— contesta él.
—Tu niña va a ser una salvaje como su madre— dice Tadeo entrando en la sala.
Me da un beso en la mejilla, luego le da otro a mi madre.
—Hola, má— le dice imitándome— No te he visto hoy en el desayuno.
—No me encontraba demasiado bien— contesta mi madre.
Tadeo me mira con el ceño fruncido.
—¿Habéis llamado a James?— nos pregunta.
—No es necesario— dice mi madre— Estoy bien, es que no he pasado una buena noche.
Tadeo se sienta a su lado.
—¿Por qué?— le pregunta.
Mi madre le pone la mano en la mejilla.
—No te preocupes, hijo, estoy bien, te lo prometo.
—Si te encuentras mal me lo dirás, ¿verdad? No puedo perder a otra madre.
Mi madre lo atrae hacia ella en un abrazo.
—No vas a perderme, mi niño, sólo fue un poco de ansiedad.
Tadeo suspira y rompe el abrazo, le da un beso en la frente a mi madre. Mi esposo se sienta a mi lado, nuestra hija duerme plácidamente en sus brazos.
—¿Por qué has entrado así en casa?— le pregunto.
—Han quemado varios cafetales— me contesta.
—¿Otra vez?
—Sí, lo estamos investigando, esta semana ya van tres veces.
—¿Ha habido alguna pérdida?
—Sólo económicas.
—¿Cuánto?
—Millones de pesos. Nuestra empresa vende el mejor café del mundo, si no podemos distribuir a todos nuestros clientes la cantidad negociada, podríamos perder los contratos, lo que supondrían más pérdidas.
—Saldremos adelante.
Niega con la cabeza.
—No me preocupa nuestro dinero, gano suficiente con el contrabando, me preocupan mis empleados— me dice— Si se quedan sin trabajo sus familias se quedan sin un sueldo.
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EL REY #1 [Disponible en físico]
Romance©️Historia registrada en el Registro de la Propiedad Intelectual de España. Cualquier tipo de plagio será denunciado ante la ley. El registro protege la historia de forma internacional. ------------------------------- Todos los derechos reservados...