Mario
—¡Ya deja de enojarla culicagado!— le grito a mi hermano.
Luna chilla mientras le da manotazos a mi hermano en la cabeza.
—¡Papi!— chilla pidiendo ayuda.
Agarro a mi hija de los brazos de mi hermano.
—Ella es un bebé de once meses, pelado, tú ya tienes casi veintiséis años y te peleas con ella cada día— lo regaño.
Mi hermano pone los ojos en blanco mientras se echa hacia atrás en el césped, le encanta mortificar a mi niña.
—Ella me busca— me dice mi hermano.
—Tadeo, es un bebé— le contesta Gala— No te busca.
—Claro que sí.
—¿Y cómo se supone que mi bebé te provoca?— le pregunta mi esposa— No sabe hablar bien.
—No hace falta, se está poniendo demasiado guapa y eso no me gusta— contesta él.
Gala y Sandra se ríen. Miro a mi niña, tiene los ojos del color del mar, igual que los míos, pero su pelo y su piel son como los de su madre y su abuela. Le doy un beso en la mejilla a mi bebé, ella apoya su mejilla en mi pecho.
—Papi— murmura señalando a mi hermano— Malo.
Le doy un achuchón con mis brazos.
—Papi va a matar a tu tío, mamita— le digo.
—No le digas a esas cosas, Mario— me regaña mi esposa.
—Es la verdad, voy a matar a este culicagado por molestar a mi niña.
Sandra me mira con los ojos entrecerrados.
—¿Y tú qué miras pelada?— le pregunto.
Ella sonríe.
—Dijiste que no querías una niña— me dice.
Le tapo los oídos a mi bebé, ella no debe escuchar esas cosas.
—No es verdad, nunca dije eso— contesto.
Mi esposa inclina la cabeza a un lado.
—Lo dijiste, querías un varón— dice.
—No, yo sólo quiero a mi princesa.
Sofía se frota el vientre con su mano.
—Y a mi príncipe, pero aún no ha nacido— le digo.
—Está por nacer— dice mi esposa sonriendo.
Sí, pronto tendremos a nuestro hijo en los brazos, a Samuel le queda muy poco tiempo para nacer, en un par de semanas estará aquí con nosotros. Luna se va a poner muy celosa cuando él esté aquí, es una niña mimada, cada cosa que ha pedido le ha sido entregada, sólo permite que su madre se acerque a mí, nadie más puede hacerlo. Si me ve dando un beso a Gala o a Sandra, se pone a chillar enrabiada. Físicamente se parece a mí, pero el carácter es el mismo que el de su madre. Mi esposa se sienta en mi otro muslo, las manitas de Luna van a su vientre.
—Mano— dice dulcemente.
—Sí, mi amor, ahí está tu hermano— le digo.
Luna sonríe mostrando sus pequeños dientes.
—Ahora sonríe mucho, pero cuando Samuel esté aquí no lo hará— dice Gala.
Tadeo me abraza por el cuello por detrás. Luna comienza a chillar enfadada, le clava las uñas en las manos para que me suelte.
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EL REY #1 [Disponible en físico]
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