DIECISIETE

6K 357 19
                                    

Sofía

La cama se hunde detrás de mí, su brazo me rodea por la cintura y se pega a mi cuerpo. Me duele el pecho y me escuecen los ojos de tanto llorar, un sollozo me atraviesa el pecho.

—Sofía, tienes que calmarte.

Niego con la cabeza, no puedo hacerlo, llevo horas acostada en nuestra cama llorando, no puedo dejar de pensar en el sufrimiento de mi madre y en mi bebé.

—Tu madre está bien— me dice.

—¿Y mi bebé? ¿Él va a estar bien?

Mario me gira con su mano en mi hombro, mi espalda queda pegada al colchón, su pulgar acaricia mi mejilla con delicadeza.

—Nuestro bebé está sano— me dice.

—Tengo miedo, Mario, mi padre es mi abuelo— lloro.

Mi esposo me levanta de la cama para acunarme en su regazo, oculto mi cara en su pecho.

—James puede haceros pruebas— me dice— Mañana mismo iremos a su clínica para hacerlas.

—No me dejes sola, por favor.

—Nunca. Jamás voy a dejaros solos a ti o a nuestro bebé, sois mi vida.

Me acurruco en su pecho, siento su olor entrar por mi nariz y establecerse en mi cerebro, me relaja, me da paz. Me he sentido perdida sin él todo el tiempo que ha estado lejos, me siento completa cuando está conmigo. Algo que nunca pensé que sucedería cuando nos casamos, sus dedos recorren mi columna haciendo que mi piel se erice, sus labios besan mi piel calmando mis nervios. Estoy en casa, mi esposo es mi hogar, el lugar donde me siento segura y protegida, el lugar donde siento que nada puede salir mal. Sus te amo son como una suave melodía que calma mi corazón herido. Mi mala bestia me cuida, su bestia interior me protege de todo mal.

—Tienes que venir conmigo.

—No quiero moverme de aquí.

—Hay algo que debo contarle a tu mamá, será mejor que estés con ella cuando lo haga.

Inclino la cabeza hacia atrás para mirarlo a los ojos, me aparta el pelo de la cara con sus dedos.

—¿Qué tienes que decirle?— le pregunto.

—Es un asunto muy delicado, va a sufrir mucho.

Mis fosas nasales se dilatan, siento las lágrimas picando en mis ojos, no soporto más esta situación, mi madre no merece tanto sufrimiento.

—Tengo que darle la noticia de que su hermano mayor murió hace veintitrés años— me dice.

Los labios de mi esposo se posan en mi frente.

—No merece esto— sollozo suavemente— Ella es una mujer buena.

—Lo sé, pero tiene que saberlo, ella ama a sus hermanos.

Mi esposo me cuenta todo lo que habló con mi madre por teléfono y lo que pasó con sus hermanos y su madre cuando ella huyó. Realmente, espero que mi madre pueda reunirse con su familia, si eso es lo que ella quiere y desea, la apoyaré. Pero yo no puedo conocerlos, tengo miedo de que me rechacen, de que piensen que soy una aberración, o peor aún, que digan cosas feas de mi bebé.

—Nadie va a obligarte a hacer nada que no quieras hacer. Eres La Reina, tú mandas.

—Te amo, Mario.

—Y yo a ti.

Mis ojos se cierran lentamente, he estado todo el día llorando, me siento muy cansada.

EL REY #1 [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora