Capítulo 12 (Parte II)

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12.- La muggle a la que amo

Parte II

-Oh no, de eso nada. Prefiero quedarme en tierra firme, a salvo, gracias. -Deseché la idea de subirme junto a Draco en la escoba.

-Oh vamos, no querrás perderte la diversión -intentó convencerme este, ya subido a su escoba.

Theodore y Blaise se perseguían el uno al otro por el cielo, aunque aún no hubiese empezado la carrera. Pansy recogía su cabello en una coleta alta, a una distancia prudente de nosotros pero no lo suficiente como para no oirnos.

-Diversión tendré si me quedo aquí -contesté a Draco-. ¿O necesitas que te recuerde lo que ocurrió la última vez que monté en escoba contigo? -Enarqué una ceja-. Además, debes ganar esta carrera, no querrás que mis expectativas sobre tus habilidades bajen. -Esto último lo dije mientras le daba unas palmaditas en el pecho.

Este sonrió.

-Oh venga ya. -Puse los ojos en blanco al escuchar su voz, haciendo que la sonrisa de Draco se hiciera aún más grande-. No le tendrás miedo a un viajecito en escoba, ¿cierto?

-No es por miedo por lo que lo digo, Parkinson -le dije sin girarme hacia ella.

Sí, en realidad si lo hacía un poco por miedo. Pero solo un poco.

-Cierto, a los muggles, a parte de magia, también les falta valentía y decisión -se burló ella, subiéndose a su escoba y despegando.

-Hazme un hueco -le indiqué a Draco, sentánome tras él y rodeando su torso con mis brazos, asegurándome bien de no caerme por el camino.

Noté la leve risa de Draco.

-Ya se que si quiero convencerte de algo, solo necesito llamar a Pansy.

-Oh cállate, ¿quieres? -me quejé-. Vamos, terminemos cuanto antes con esto.

-Debéis llegar hasta aquel árbol de la colina y volver. El primero en llegar aquí de nuevo ganará. ¿Entendido? -Explicó Blaise.

Él no jugaría. Decía que los juegos de competir no eran lo suyo, por lo que el sería el que diría quién ganaba si el final estaba ajustado.

-Preparados...

-¿Estás lista para volar junto al volador más rápido de la escuela? -me preguntó Draco, mostrando una sonrisa sobre su hombro

-Listos....

-No habría muchos voladores en tu escuela, entonces. -Me arrepentí al instante en que lo dije. Ahora Draco querría demostrar que no era así.

-Y...

-Agarrate fuerte, Diora.

-¡Despeguen!

Ni siquiera una moto podría haber arrancado tan fuerte y a tanta intensidad. Mi cuerpo, por unos segundos, se fue hacia atrás, pero me agarré a Draco tan tan fuerte, que si fuera posible, nuestros cuerpos se habrían fusionado.

Ahogué un grito. El pelo rubio platino de Draco, bien peinado hacía unos segundos, volaba hacia atrás debido a la velocidad, y el mío seguramente iba por el mismo camino.

La escoba se empezó a reclinar hacia arriba, debido a estar subiendo la colina.

La mansión de Pansy, donde nos encontrábamos, estaba rodeada por colinas de hierba verde y flores bonitas a la vez que extrañas. Y solo en una colina a un par de kilómetros de distancia, estaba el único árbol a los alrededores.

A pesar de estar reclinados hacia arriba, la velocidad era tal que no me resbalaba de la escoba. Un alivio.

Estábamos a punto de llegar al árbol. A la derecha, Pansy iba casi a la misma altura que nosotros mientras que, a la izquierda, Theodore ya había llegado al árbol y comenzaba a girar.

Entre promesas y mentiras | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora