Entre promesas y mentiras | Draco Malfoy

Capítulo 23

23.- Sigue tu intuición

Querido Harry,

Espero que te encuentres bien. Tengo nuevas noticias con respecto al tema de Voldemort.

Sé que ya eres consciente de las amenazas que ha lanzado sobre ti y que estás al tanto de sus planes para nuestra boda. Sin embargo, necesito informarte con precisión sobre el momento en que planea llevar a cabo su ataque.

Voldemort ha solicitado que digas unas palabras durante la ceremonia, y estoy segura de que está planeando atacarte en ese momento específico.

Es muy importante que estés preparado. Mantén tus sentidos alerta y toma todas las precauciones necesarias.

Por favor, mantén esta información en la más estricta confidencialidad. Sé que es complicado mantener un secreto así, pero no podemos arriesgarnos a que los rumores se extiendan. No te pido que lo hagas por mí o por Draco, sino por todos; por tus amigos que irán a la boda, gente inocente que estará presente...

Espero tu respuesta y te agradezco de antemano por tu valiosa ayuda.

Con gratitud y confianza,
Diora

No mandé la carta inmediatamente después de la visita de Voldemort, sino que esperé un par de días. Le comenté a Draco que yo podría pedir cuidadosamente y sin despertar sospechas a Harry que dijese unas palabras en la boda, lo que él me agradeció.

Estos días junto a él habían sido... apasionados. Ya me era imposible convencerme a mí misma de que los sentimientos que sentía hacia Draco eran simple atracción. Creo que empezaba a sentir... cosas por él.

Draco y su actitud arrogante. Draco y su mirada intensa que parecía penetrar en las capas más profundas de mi ser. Había algo en su sonrisa que hacía que mi corazón latiera más rápido, y en sus gestos protectores que me dejaban sin aliento. Cada vez que nuestras manos se rozaban, un cosquilleo recorría mi piel, y su risa tenía el poder de iluminar mi mirada.

Me encontré a mí misma pensando en él incluso cuando no estaba a mi lado. Sus palabras y sus acciones se habían arraigado en mi mente y en mi corazón de una manera que no podía ignorar. Cada conversación compartida, cada momento robado...

No podía negar que había un cambio en la dinámica entre nosotros. Había pasado de ser una mera prometida en un matrimonio arreglado a alguien que realmente importaba en su vida. Al principio de todo esto, ni siquiera nos veíamos, él pasaba el día fuera de la habitación, donde yo me escondía para no verlo pero, poco a poco, nos fuimos volviendo más cercanos.

Me di cuenta de que mi corazón se aceleraba cuando estaba cerca de él, y que cada pequeño gesto suyo me afectaba de una manera inexplicable. Había algo magnético en la forma en que Draco me miraba, como si estuviera tratando de descifrar los secretos ocultos en mi mirada.

A medida que lo conocía, me encontraba queriendo conocer aún más sobre él. Había un anhelo en mí, un deseo de descubrir quién era Draco Malfoy detrás de la fachada que había construido.

Pero el peso de haberlo traicionado me consumía. El no haberle hecho caso y haber puesto a todo el mundo en peligro me carcomía. Sabía que debía contárselo, antes de que él lo descubriera por sí solo, pero sabía que, una vez se enterara, me odiaría. No volvería a confiar en mí nunca más.

Joder, este asunto era tan complicado...

La luz del sol se filtraba a través de las hojas de los árboles, formando patrones danzantes en el suelo, mientras que el aroma a tierra húmeda llenaba el aire. Estaba junto a mi padre, en el jardín trasero de casa, enfrentando una situación que me parecía sumamente complicada en ese momento. Una situación que ahora, nueve años después, me habría parecido una tontería.