17.- Problema andante
El mismo día que quedé con el trío de oro para ir a Hogsmeade, Draco quedó junto a su grupo de amigos. En el mismo lugar, sí. Él decía que era una coincidencia, pero sabía que mentía. Lo hacía para estar cerca de mi por si ocurría algo y, aunque apreciaba que se preocupase, también me enfurecía que no confiase en que yo podía cuidarme solita.
Nos fuimos juntos, teletransportándonos.
Por cierto, había descubierto que lo que hacía Draco para teletransportarnos de un lugar a otro se llamaba Aparición. Y para utilizarla, el mago debía concentrarse y visualizar la ubicación deseada en su mente, por lo que el mago o bruja debía haber ido ya alguna vez a ese lugar para poder teletransportarse. También había descubierto que, aunque era una forma muy rápida de llegar al destino que quisiesemos, era muy difícil realizarla correctamente, y podría ser desastrosa si llegaba a fallar. ¡Podía sufrir una despartición si Draco fallaba al teletransportarnos!
La sola idea de que Draco nos teletransportarse a un lugar y yo aparecer con una pierna o un brazo menos hizo que un escalofrío me recorriese todo el cuerpo.
Por eso mismo, me agarré fuerte a Draco cuando nos transportó a Hogsmeade.
Aparecimos frente a Las Tres Escobas. Mis nuevos amigos debían estar ya dentro, aun así, me giré a Draco y le pregunté:
—¿Quieres que espere contigo a que lleguen Theodore o Blaise?
O pansy.
Pero Draco negó con la cabeza.
—No te preocupes, tengo cosas que hacer igualmente.
—Oh, está bien. —Me alejé caminando hacia atrás—. Bueno pues... nos vemos luego.
Me giré, subiendo los peldaños que había hacia la puerta del bar.
—Pásatelo bien.
Me giré al escuchar la despedida de Draco pero él ya no estaba allí. Recorrí la calle con la mirada, él no estaba por ningún lado.
Al entrar al bar, prácticamente de inmediato noté la mesa en la que se encontraban.
La primera en verme fue Hermione, que agitó su mano para que los situara. Caminé hacia ellos con una sonrisa, que fue decayendo al ver que solos estaba ella con Ron y Harry.
—¿Dónde están George y Ginny? —pregunté mientras me sentaba en el asiento que había frente a Ron.
—George tenía que trabajar —me explicó Hermione—. Y Ginny... Bueno, le cuesta ampliar el círculo de amigos, pero le terminarás cayendo bien, ya verás.
—Oh. —Intenté ocultar mi decepción.
—Hemos pedido cuatro cervezas de mantequilla —Miré hacia Harry mientras este hablaba. Se recolocó las gafas—. Pero si prefieres otra cosa podemos cambiarlo.
—No te preocupes, está bien. —Sonreí.
Las cervezas de mantequilla llegaron y su sabor tan parecido al café me invadió como la primera vez. Hablamos de cosas triviales, entre ellas sobre cómo fue su época en Hogwarts. Los tres pertenecieron a Gryffindor y, por lo visto, no tuvieron un solo año tranquilo allí.
—Me habría gustado estudiar allí —comenté con una mezcla de pesar y curiosidad en mi voz.
—Hogwarts es un lugar único -Hermione asintió con una sonrisa—. Y, en mi opinión, habrías sido una excelente Ravenclaw. Tu mente es afilada y tu curiosidad inagotable.
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Entre promesas y mentiras | Draco Malfoy
FanfictionEn un mundo donde la magia y la realidad se entrelazan, Diora Douglas, una joven muggle sin conocimiento alguno del mundo mágico, se embarca en una sorprendente aventura. Todo comienza cuando sus amigos le plantean un desafío en un bar: hablar con e...