Capítulo 9

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9.- Draco Malfoy a tu disposición

No se dió cuenta de mi llegada, por lo que, al abrazarla por la espalda, esta dio un respingo en su sitio. Después, se dió la vuelta para corresponderme al abrazo.

Creo que fue la primera vez en lo que llevaba de vida, que abracé más fuerte a mi madre de lo que ella lo hacía conmigo.

Es como si no la hubiera visto en meses.

—Te he echado de menos —le dije, con la cara apoyada en su pecho mientras ella acariciaba mi pelo.

—Y yo mi niña, y yo.

Al separarnos, colocó sus manos sobre mis mejillas y me escrutó la cara, analizando cada detalle.

—Tienes más ojeras de lo normal, ¿no duermes bien?

—Será de dormir en el sof... —La boca se me cerró de golpe, impidiéndome hablar.

Madre estaba esperando mi respuesta.

—Tuvimos reformas en el jardín y el ruido comenzaba desde muy temprano —intervino Draco, dando un paso al frente.

Mentiroso.

—¡Oh, Draco! ¡Qué bien te veo! —Mi madre se acercó a él y lo envolvió en un abrazo como hace unos instantes había hecho conmigo.

Draco, un poco impresionado al principio, correspondió al abrazo de forma educada.

—Yo también la veo muy bien, señora Douglas.

Mi madre le sonrió, pero frunció el ceño al preguntarle:

—¿Estarás cuidando de mi niña, cierto?

—¡Mamá! —me quejé.

Noté como me ruborizaba un poco. Recé porque no se notase por el maquillaje.

Madre me hizo caso omiso y esperó a la respuesta de Draco. Este me echó una mirada rápida antes de contestar.

—Lo mejor que puedo, señora.

Entonces mamá volvió su mirada hacia mí.

—Diora, justo hablaba con Narcissa sobre la boda.

Tragué saliva.

¿Sí?

—Hemos decidido que, si no tienes planes, claro, podríamos ir mañana a buscar tu vestido de boda —dijo Narcissa.

—¿¡Mañana!?

Mi madre y Narcissa intercambiaron una mirada.

—Quiero decir... no me lo esperaba tan pronto —rectifiqué.

—Bueno, apenas falta un mes y medio para la boda, y el vestido es algo muy importante, así que hay que hacerlo con tiempo por si debemos ajustarlo para ti. -Mamá estuvo de acuerdo.

—Bueno... —empecé a ponerme nerviosa.

—En realidad —Draco se colocó a mi lado—, mañana Diora y yo tenemos planes.

—¿A sí?

¿A sí?

Lo miré extrañada.

—Sí, hemos quedado con unos buenos amigos de mi época escolar, me gustaría presentarles a Diora antes de la boda.

Pues no se yo cual de los dos planes preferiría...

—Oh, en ese caso, iremos pasado mañana. —Madre parecía apenada.

—Sí, claro —coincidió Narcissa. Entonces, cambió de tema:— Vuestros padres están fuera, ¿por qué no vas a llamarlos, Draco?

Haciendo caso a su madre, se dirigió a la puerta, pero antes de que saliera, lo llamé y me acerqué a él. Draco se giró, quedando frente a mi.

Entre promesas y mentiras | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora