Mi nombre es Kamado Tanjiro y mi estado actual es: Adoptado por Zenitsu y su novio, Tengen Uzui.
ya sé... unos dicen "¿para cuándo Tanjiro? 18 años de edad y nunca te hemos visto una pareja, ni como travesura o rebeldía para los jóvenes de ahora".
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- Como que se están tardando un poquito, ¿No?
- Zenitsu, paciencia - inhaló el de aretes - toma aire, respira - exhaló - y déjalo salir lentamente.
- Perdón, pero no me llamó Don Tanjiro, el niño paz mundial - refunfuñó.
- Mucho estrés te va a hacer mal, espera con paciencia.
- Bajaré a estirar las piernas.
Bajó cerrando con cuidado la puerta, lo más que pudo, obvio. Era un ansioso y no le gustaba esperar. Dio dos pasos, sacó su celular de su bolsillo, estaba precioso el sol, así que activó la cámara frontal para sacarse unas preciadas selfis. Nadie estaba pasando por allí.
Tomó unas tres, o quizá cinco, no salió nada mal, estaba bastante lindo. Aprovecharía para luego subirlas a sus historias. Activó nuevamente la cámara para sacarse otra más, pero no se dió cuenta cuando Uzui apareció de repente detrás de él, besando su mejilla con delicadeza cuando disparó la cámara.
- ¿Me tardé, amor? Luego quiero ver esa foto - apostaría que salió perfecta.
Zenitsu era perfecto. La pondría de fondo de pantalla en su celular.
- Por dios, no te escuché llegar - dijo poniendo una mano en su pecho, haciendo un pequeño puchero que el mayor volvió a besar gustoso.
- No te culpo, también me quedaría embobado mirando a la cámara con tanta hermosura.
Se sonrojó dejando salir un pequeña risita.
- No te quiero molestar en tu círculo, Tengen, pero voy subiendo a tu auto - dijo el peli-negro empalagado ya de esos dos - Hola, Zenitsu.
Uno por uno fue subiendo al auto, cerrando las puertas con cuidado. Tanjiro no se había percatado. Desde que Zenitsu bajó del auto subió el volumen de sus auriculares y cerró sus ojos esperando. Un sutil movimiento a su lado lo alertó, abriendo sus ojos viendo a los dos en frente y... alguien que no conocía a su lado. Lo miró de reojo, éste ni se inmutó, sólo miró la hora en su reloj sobre su muñeca.
- Bien, ya estamos - dijo Uzui mirando por el retrovisor - Tanjiro, mis modales. Él es Tomioka Giyuu, mi amigo.
Éste al ser mencionado lo miró por sobre su hombro, sutilmente. Para Tanjiro fue la mirada más intimidante que haya visto en su vida.
- Un gusto - dijo respetuoso, pero sin interés en sus palabras volviendo a mirar al frente.
