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Se despertó, sonó su despertador en medio del cuarto minimalista, a oscuras abrió sus ojos. Apagó ese sonido repetitivo saliendo de su celular sin alguna pizca de piedad avisándole que debía que levantarse, tomar su bolso, su equipo y partir al gym. Hoy le tocaba su rutina personal.

Lavó su rostro, dientes, arregló su cabello y ordenó su apartamento. Comió lo necesario para poder ejercitarse luego, no había ningún sonido por allí en esas paredes. Sólo él mostrandole a su propia compañía como tomaba sus llaves para cerrar e irse en su moto hacia el lugar.

Una vez allí, no tardó en ponerse sus auriculares, de esos que te rodean las orejas por completo, ideal para perderse en su mundo, sin escuchar a nadie. Pensar consigo mismo.

Puso su playlist para comenzar.

Sentía el preciado gusto de sus músculos arder, contraerse y querer ceder. Lo rígido que estos se ponían ante la fuerza realizada con las máquinas de peso, aumentaba siempre un poco más para pobrarse más resistencia. Siempre con cuidado, por su puesto.

Sentía la capa de sudor encurrir por su piel, ésta se perlaba por las gotas cayendo. Siguió ejerciendo fuerza en su cuerpo. Era satisfactorio verse terminar toda esa rutina y poder irse a los baños para ducharse. De camino se topó con esos espejos ya conocidos por él. Reflejaban sin descaro cada parte de su cuerpo al ser enteros desde piso al techo.

Recordó ese comentario que hizo presión en cabeza apenas lo escuchó la noche anterior. El profesor Akasa. Ese que siempre se tomaba fotos. Ese que Tanjiro dijo que siempre estaba mostrando su abdomen marcado, su profesor que hoy vería por tocarle clases con él.

Puede que haya tomado su celular, puede que haya activado la cámara, puede que haya levantado un poco su remera sudada al espejo y hecho una foto.

O tal vez dos, o otro par.

Puede que lo haya hecho.

Al llegar a casa ya aseado, se propuso a tomar sus apuntes, tenía que seguir con lo que sus estudios le esperaban. Se preparó una taza de café cargado, y se sentó frente a su portátil, no sin antes mirar su celular. Tenía una notificación.

Era de Zenitsu, la foto grupal.

Desbloqueo el móvil abriendo la historia, vio como todos sonreían muy contentos con esa noche de ayer. Ahí estaban ellos, todos sus amigos, aquellos quienes les tenía cariño, recordó las palabras de Tanjiro ayer.

Sí, se querían mucho entre ellos. Se conocían la mayoría de la escuela, luego fueron llegando los demás.

Notó que entre los etiquetados estaba lo que parecía ser el usuario de Tanjiro. Entró a ver, sólo por curiosidad del momento.

Él es Tomioka Giyuu, mi amigo 》GiyuuTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora