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...

La salida había llegado, moría por las lentas, pero terriblemente lentas horas de las clases que con la pereza que habían transcurrido. Guardó todas sus cosas rápido, quería irse de inmediato a su casa para bañarse y darse todo los retoques necesarios, para esperar al chico de motocicleta negra frente a su puerta.

Creía que disimulaba bien lo ansioso que estaba, pero no podía actuar frente a sus amigos. No frente a esos dos que lo conocía como la palma de su mano, llevaban años de amistad como para engañarlos.

Zenitsu lo observaba, hasta le preguntó si estaba bien, lo veía muy atento al reloj y casi ni habló. Éste no les contó nada, a ninguno de ellos. Prefería decirles luego, todo con lujo y detalle después de lo que hoy podría pasar.

Por supuesto, a Inosuke pudo esquivarlo, sólo porque no insistió más, pero Zenitsu sí, al menos con su mirada amenazadora sobre él. Lo conocía tanto.

Se despidió de ellos tropezando sobre sus pasos, después hablaría con ellos. Caminó rápido hasta su casa, juraría que el camino nunca se le había hecho tan largo como ese día. Miró en su celular la hora, se sorprendió al ver que había batido su propio récord en el trayecto.

Abrió la puerta, aún no había nadie en casa, seguramente su madre ya había partido a buscar a sus hermanos menores a sus clases. Ellos iban a otro instituto a diferencia de él y Nezuko.

Su hermana llegaría en unos minutos, así que aprovecharía para tomar su baño mientras la esperaba y así lo hizo.

— ¡Buenas! ~Ya estoy en casa — gritó la azabache de puntas rojas. Notó que Tanjiro ya había llegado, por lo que se dispuso a ir a su cuarto para cambiarse y dejar sus cosas.

En el trayecto notó la puerta de la habitación de éste abierta, se podía ver cómo toda su ropa estaba esparcida sobre su cama y el piso. Se extrañó ante eso, su hermano siempre era muy ordenado y cuidadoso.

Algo estaba pasando.

— Tanjiro, ¿Todo bien?

— Nezuko! Auch!... — dijo golpeando su cabeza en el ropero al salir de ésta. Tenía una desastre.

— ¿Buscas algo?

— en realidad... — tragó saliva — preciso tu ayuda, ¿si?

— claro, hermano, lo que sea — lo miró extrañada ante el comportamiento del peli-rojo — ¿saldrás algún lado?

— Sí...

Él es Tomioka Giyuu, mi amigo 》GiyuuTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora