Mi nombre es Kamado Tanjiro y mi estado actual es: Adoptado por Zenitsu y su novio, Tengen Uzui.
ya sé... unos dicen "¿para cuándo Tanjiro? 18 años de edad y nunca te hemos visto una pareja, ni como travesura o rebeldía para los jóvenes de ahora".
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
...
— ¿Vienes sólo Tomioka? — preguntó Kocho junto a su disfraz de mariposa.
No se dejen engañar, no era un disfraz inocente de hadas como la de una niña, para nada. Su atuendo se acompañaba de una falda corta de tul en colores lilas, azul violáceo y morados. Llevaba un corset top blanco, decirado con brillos en el corpiño. Para finalizar, en su espalda llevaba un par de alas violetas y su cabello se recogía en una coleta con forma de mariposa.
— Sí, vine solo — respondió allí sentado en uno de los sillones.
Shinobu se había acercado con un vaso de alcohol en sus manos.
— Esperaba verte con Tanjiro a decir verdad — habló Kyojuro quién estaba sentado a su lado.
Su disfraz contaba con un par de tirantes atado a sus pantalones, su camisa blanca estaba abierta dejando ver su abdomen. En su espalda descansaba un hacha de leñador atada y en su cabeza se encontraba el casco de bombero.
— Prefirió no venir.
— ¿Será por el asunto ocurrido con el joven Zenitsu?
— Sí, eso creo.
— Es lo más obvio — respondió Kocho — no tendría sentido que viniera.
— Mm... — exhaló fuertemente el rubio — me pregunto si algún día esos dos se arreglarán como se debe.
— Siendo honesta, no entiendo nada de lo que sucedió — dio un sorbo a su vaso — sólo se que Zenitsu engañó a nuestro amigo con quién sabe quién.
— Es una suposición, no es completamente la verdad.
— Pero, dime, ¿Qué más puede estar haciendo si al preguntarle no puede responder?, o mejor dicho, no quiere responder — aclaró su idea — de ser mentira, se hubiese negado.
— ¿De qué hablan tan concentrados? — se acercó justo en ese momento Uzui que sorprendentemente no llevaba alcohol consigo.
No había consumido ninguna gota.
— Hermano! — se adelantó Kyojuro — ¿Cómo lo está pasando el cumpleañero?
— Ya sabes que no quería una fiesta en primer lugar.
Era verdad, no tenía ganas de festejar, pero no se quejaba de su disfraz de Apolo. Su túnica cubría desde su cadera hasta un poco más abajo de sus rodillas. Sólo su toga cubría minimamente su pecho, escalando hasta uno de sus hombros para caer libre sobre su inmensa espalda. Tenía un par de sandalias doradas con el tipico cobertor metálico en sus piernas para ir a la guerra. Sus cabellos sueltos eran ideales y en su frente se encontraba una vincha dorada.
