Mi nombre es Kamado Tanjiro y mi estado actual es: Adoptado por Zenitsu y su novio, Tengen Uzui.
ya sé... unos dicen "¿para cuándo Tanjiro? 18 años de edad y nunca te hemos visto una pareja, ni como travesura o rebeldía para los jóvenes de ahora".
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Aún no pongas "play" a la canción, sabrás cuando sea el momento 🌊
— Sí, tampoco quería dejarlo sólo — suspiró Tanjiro caminando al lado de Inosuke — pero él insistió en que le dejemos para venir a clase.
— Mamá le habrá cuidado bien en la mañana antes de ir a trabajar — respondía el de camisa abierta.
— Sí, tu madre es tan dulce que hasta ella misma protestó en dejarle descansar a Zenitsu.
Recordaba como al despertar el rubio no quería levantarse para ir a la escuela. Alegaba que se sentía mal, que su cabeza dolía y que estaba seguro que un resfriado le había atacado.
Y no mentía, en verdad tenía una determinada temperatura que ameritaba ser testeada por termómetro. Al hacerlo, este le confirmo una fiebre leve, bastante débil, pero era suficiente para sumarle argumento a las protestas de Zenitsu.
Sumando a la escena, Kotoha, la madre de Inosuke abogó por él y terminó por ordenar su descanso en el cuarto de su hijo.
Claramente el jabalí se quejó por su cama, pero su madre de una mirada lo dejó en su lugar.
— ¿Iras por tus calzones? — preguntó el de puntas azules — los míos no te los presto.
El de aretes rió.
— ¿Cómo crees, Inosuke? — sonrió — no te preocupes, iré rápido a casa y tomaré prendas para poder estar, ¿Seguro no te molestamos?
— Por supuesto que sí! — se quejó — son unos pesados tú y el Monitsu.
Bromeó para mirar como el rostro de Tanjiro se llenaba de pena.
— Ya!, sólo no toquen mis cosas — rió un poco — ya saben mis reglas para las pijamadas en mi cuarto.
Rodeó su brazo sobre sus hombros y le dio un apretón a modo de abrazo.
Sólo bromeaba, la compañía de sus dos mejores amigos, de sus dos hermanos que los tenía en su casa, le agradaba.
Rió por el gesto del otro luego de soltarlo.
— Bien, mi camino se desvía aquí — apuntó la calle por donde cruzaba el parque unos metros más allá, para luego llegar a su casa — nos vemos en unos minutos, ¿Ok?
— Sí, sí, sí, ya vete Tontaro, no te esperaré para comer.
