Mi nombre es Kamado Tanjiro y mi estado actual es: Adoptado por Zenitsu y su novio, Tengen Uzui.
ya sé... unos dicen "¿para cuándo Tanjiro? 18 años de edad y nunca te hemos visto una pareja, ni como travesura o rebeldía para los jóvenes de ahora".
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— Zenitsu, ¿Estás bien, amigo?
— Mm... — musitó con su rostro escondido entre sus brazos contra su puprite — algo así, Tanjiro. Sólo estoy cansado.
— ¿Sólo eso?
— Síp — dijo levantando su rostro para fingir una sonrisa y volver a esconderse.
— Como digas — suspiró el de aretes.
Por supuesto que no le creía, sabía que estaba aún decaído por lo sucedido con Uzui. Habían pasado bastantes días, transcurriendo todo ese tiempo sin hablarse ni verse por claras razones.
Ninguno de los dos se sentía con el valor de enfrentar la realidad.
O mejor dicho, la posible realidad que ambos se habían invitado del otro: engañarse.
— Monitsu! — golpeó con su puño la espalda encorvada del castaño.
Este grito por el fuerte impacto.
— Inosuke-...
— Silencio, Monjiro! — le calló antes que empezara su típico regaño de niño bueno — Sólo faltan unos días para el cumpleaños del viejo, ¿verdad, Monitsu?
Tanjiro volvió a exhalar con dureza, a diferencia de él, su amigo el jabalí, era directo y no le importaba darle vueltas al asunto.
— menso!, ¿Puedes hablar en vez de golpear? — recibió el rubio sólo una risa de Inosuke. Rodó sus ojos por el gesto — y respondiendo a tu pregunta que ni me interesa que me lo recuerdes.., sí, faltan 5 días y probablemente 132 horas contando que ya es mediodía para el cumpleaños de Uzui que precisamente cae el 31 de Octubre que lo hace de signo Escorpio y que justamente es día de Hallowen.., ni me interesa.
— ¿DULCE O TRUCO!? — dijo una voz junto a una mochila con el peso de concreto contra el rostro de Inosuke.
Este cayó de espaldas de su puprite.
— ah!, Genya! — dio un gritito el peli-rojo.
— ¿En serio no pudiste esquivar eso? — chasqueó su lengua con orgullo — eres una vergüenza para representar a la escuela en el torneo, ERES UNA VERGÜENZA PARA EL PROFESOR AKASA!
— Genya, haces mucho ruido — le dio unas palmaditas Muichiro en su espalda — ya, deja de gritar.
— Ese chico parece un fantasma — susurró Zenitsu apoyando su mentón en sus brazos aún flexionados sobre el pupitre.
