Mi nombre es Kamado Tanjiro y mi estado actual es: Adoptado por Zenitsu y su novio, Tengen Uzui.
ya sé... unos dicen "¿para cuándo Tanjiro? 18 años de edad y nunca te hemos visto una pareja, ni como travesura o rebeldía para los jóvenes de ahora".
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— Zenitsu, ¿Dónde estabas? — lo miró atento — ¿Todo está bien?
— S-Sí, todo bien, Tanjiro.
— ¿Seguro? De la nada, tú y Uzui, ya no estaban — suspiró — ¿Acaso discutieron o algo parecido por ese chico molesto?
— N-No, no pasó nada malo, amigo — se coloreó al pensar lo de hace unos minutos.
— Te pusiste rojo.
— Ah! Tanjiro, no me leas la mente — tapó su cara apenado con ambas manos — por cierto, ¿ese chico no volvió a aparecer? No es que lo busque ni nada, pero desapareció.
— no, también no lo vi más — apretó uno de sus cachetes — ¿Me vas a contar qué pasó?
— ay! T-Te lo diré — se acercó más al rostro de su amigo, como contando un secreto — pero, escucha con atención.
El de cabellos bordó se quedó ahí, expectante.
— E-Estaba con Uzui, me dijo que quería hablar conmigo así que fuimos por ahí — tragó saliva — cuando estuvimos solos... me empezó a besar.
— pero eso no es novedad.
— N-No, pero nos besamos... y tocamos mucho más que antes — se puso colorado — estuvimos a punto de terminar haciéndolo.
— ¿¡AQUÍ!? — Zenitsu tapó rápidamente su boca por el gritito.
— Shh!, sí, sí, aquí, que no estaría mal, pero...
— ¿Pero?
— N-Nunca lo hicimos en verdad — dijo jugando con sus dedos — siempre unos besos, otros unos pocos más intensos, alguno que otro toque, chupón, pero nada más.
— Entiendo, debió ser un paso más importante.
— sin duda, y no es que no quiera hacerlo con é-él, con Uzui estoy muy seguro, pero me pone un poco nervioso.
Le sonrió, ahora su amigo era el niño tierno.
— no sabría que hacer o cómo gustarle en ese sentido, él siempre tiene iniciativa y se ve tan seguro.
— Apuesto que está igual de nervioso, nada más que trata de no demostrarlo, ya sabes, para que te sientas bien.
— Sí, debe ser, él siempre es muy atento.
— ¿Y nunca lo hablaron?, ¿De algún día hacerlo...?
— hacemos pequeñas insinuaciones, pero nunca tocamos el tema en sí.
— deberían hablarlo, ustedes se entienden muy bien — dijo apoyando una mano en su hombro — además se conocen desde hace años, ya sabrás como sacarle un tema para hablar.
